En lo particular siempre fui una persona escéptica de los sucesos paranormales, siempre he sido muy católica y creyente del poder de dios. Aunque sé que existe el bien y el cielo, entiendo a la vez la posibilidad de que haya un infierno.
Pero también ahora sé que hay un más allá, un punto donde las almas se quedan atrapadas y mantiene en contacto con nosotros, los vivos.
Hace más de 10 años que comencé a tener problemas en mi matrimonio, mi esposo Pedro se había vuelto demasiado posesivo y controlador, ya que nuestros dos hijos se casaron y se fueron de la casa. El cayó en una extraña depresión a causa del síndrome de nido vacío, pues él ya tenía poco menos de 70 años y yo tenía los 45 recién cumplidos.
Cuando Pedro y yo nos casamos él tenía 40 y yo apenas 18 años, así que tuve a mis dos hijos, muy joven. Por razones de edad y de la partida de nuestros hijos a causa de sus matrimonios. Pedro comenzó a desarrollar comportamientos anormales, que me estaban afectando mucho, él se deprimió bastante. Por su edad y cansancio dejó de disfrutar muchas cosas de la vida.
Incluso el placer de la intimidad y es que aquí el cambio fue muy duro para ambos sentir la casa sola, como hace muchos años no la sentíamos. Traía una sensación triste y deprimente que mi esposo realmente, no supo lidiar. Yo tenía que salir constantemente y pasar la mayor parte del día en la calle por cuestiones de trabajo.
Yo siendo agente de bienes raíces, tenía que citar a clientes, hacer juntas y entregas y como se imaginarán, mi esposo se volvió extremadamente celoso. Constantemente me llamaba para saber, dónde o con quién estaba incluso me llegó a espiar en varias ocasiones.
Las cosas se pusieron tan mal con mi esposo Pedro que incluso, llegó a prohibir me que saliera de la casa y en un par de ocasiones quiso golpearme. Su miedo a quedarse solo era tan grande, que él estaba al borde de volverse loco, yo lo desconocía completamente, él se había convertido en un zenit maniático.
Mi vida se volvió una pesadilla pero al poco aunque duela decirlo de esta manera, pude descansar y tener paz, cuando me enteré de que estando en su trabajo a Pedro le dio un infarto y murió. Pese a que fue trasladado al hospital, él ya no salió con vida aquel día, las cosas fueron cambiando lentamente, yo comencé a retomar mi vida, mi libertad.
Acudí a terapia psicológica en la cual, me impulsó a darle un segundo aire a mi vida y en esa nueva etapa fue que conocí a Roberto. Un hombre de mi edad que era divorciado hicimos desde el inicio muy buena química y después de un año, nos casamos y nos fuimos a vivir a mi casa.
Pues la de él quedaba en las afueras de la ciudad y decidimos ponerla mejor en renta. Además mi casa estaba en una zona más céntrica, eso era bueno por aquello de la cercanía con nuestros trabajos. Mis hijos al inicio pusieron un tanto de objeción pero después de varias charlas terminaron aceptando que alguien que no fuera su padre ingresará a la casa.
Sé que hasta el momento las cosas pintan más para una especie de telenovela pero este preámbulo era necesario para dar paso a lo que sabrán a continuación y es que yo nunca creí en cosas paranormales. Siempre consideré que esas cosas eran ridículas o para gente inculta sin embargo pronto cambiaría de parecer cuando recién Roberto se mudó a la casa, hicimos un re-acomodo de todo.
Desechamos algunas cosas y como Roberto y Pedro, eran de talla similar ofrecía, Roberto que se quedara con algunas ropas de Pedro que estaban completamente nuevas. El aceptó sin mayor problema pues eran prendas de marca que bien valían su dinero y varias ni siquiera habían sido usadas, mas allá de eso simplemente nos dispusimos a vivir y disfrutar nuestras vidas.
Todo pintaría para bien al parecer pero no fue así al poco tiempo comencé a detectar que cosas raras, ocurrían de inicio se me perdían los objetos. Por ejemplo, si yo dejaba mis llaves en la mesa luego aparecían en alguna habitación o en cualquier otra parte, mi perro le ladra va a las paredes con mucho coraje como cuando alguien extraño nos visitaba y el perro sentía la mala energía de aquella persona.
Cuando empecé a intuir lo que estaba ocurriendo, fue en una ocasión que la regadera del baño se abrió sola muy temprano por la mañana cuando fui a revisar porque el sonido del agua me despertó, noté que aquella agua estaba cayendo como si alguien hubiera abierto la llave.
En esa ocasión trate de pensar que era una cosa casual que habíamos olvidado, quizás cerrar bien esa llave sin embargo esa misma situación ocurrió un par de veces más y justo todas a la misma hora fue aquí cuando caí en la cuenta, de que algo aterrador estaría pasando.
Pues a esa hora que la regadera se abría. es a la misma hora a la que mi difunto esposo Pedro acostumbraba a bañarse antes de irse a trabajar.
Yo no lo podía creer pensar en que algo de él se hubiera quedado en la casa, me aterraba porque sabía que de ser así no sería algo bueno y no me equivocaba porque al poco también Roberto, comenzó a percibir cosas raras.
Una vez me dijo que él al llegar a la casa y estar a varios metros de distancia aún él vio salir por la puerta principal a un hombre con características similares a las de Pedro pero al distraer la vista un poco es como si aquella persona se hubiera desaparecido en el aire.
Hasta ahí todo era tolerable porque aquellas cosas sucedían y si en efecto nos incomodaban pero pronto aquella situación, daría un paso más que comenzaría a afectarnos de manera más directa.
Una noche, yo desperté porque escuché ruidos extraños, como de una persona que susurraba dentro de la habitación.
Yo estaba acostada dándole la espalda a Roberto, así que encendí la lámpara de la mesita y decidí tirarme para despertarlo e indagar en aquello.
Pero al darme la vuelta lo vi a él sentado sobre una silla junto a la cama se veía con una pose muy rígida, su cabeza inclinada un poco hacia abajo y de su boca salían aquellos susurros o palabras que aparentemente no significaban nada o al menos no era algo que yo pudiera comprender.
Verlo así me generó mucho terror. Entre de inmediato en pánico tenía miedo, de que me hiciera daño pero algo yo tenía que hacer estaba sola y debía actuar así que me levanté a encender la luz principal de la habitación.
Fui con todo y el miedo a donde Roberto estaba sentado y lo comencé a sacudir con mis manos y a gritarle que se despertara que me estaba dando mucho miedo verlo así.
Pero él parece, que no reaccionaba tuve que darle un par de cachetadas, muy fuertes para hacerlo volver en sí.
Cuando él me miró estaba agitado desorientado con sus brazos, me movió hacia un lado y cayó de rodillas al piso comenzando a vomitar y vomitaba en un color oscuro y con un aroma muy fuerte.
Algo podrido era una pestilencia insoportable Roberto tosía y tirado en el piso completamente agotado terminó quedándose dormido.
El era muy corpulento, así que no logré ponerlo de vuelta en la cama. pues esa noche él cayó tan profundamente dormido, que no pude ni siquiera a despertarlo me puse a limpiar todo aquello que él había sacado de su cuerpo con el vómito y posteriormente me acosté junto a él en el piso.
Al día siguiente Roberto, no recordaba nada de lo que había pasado la noche anterior, yo le conté y él quedó muy impresionado de todo aquello le pedí en aquella charla que no me tachará de loca pero que lo mejor era que nos mudáramos de casa porque había algo muy malo.
Que posiblemente estaba relacionado con mi anterior marido, ante eso él solo se burló con ironía pero le pedí de favor que creyera en mí y le conté lo de las regaderas y algunas otras cosas que me hacían pensar que de alguna manera, Pedro desde el más allá estaba sembrando el mal en la casa y en nosotros.
Porque él estaba molesto de que yo me hubiera casado de nuevo, le conté también a Roberto, que los últimos meses previos a la muerte de Pedro, él había estado con actitudes que me aterraban.
Así que aunque pareciera imposible no encontraba otra explicación a lo que estaba ocurriendo al final convencí a Roberto y él tuvo que pedir, su casa a los inquilinos a quienes se la alquilaba esto para que nos fuéramos a vivir ahí.
Sin embargo que la casa quedará disponible tomaría uno o cuando mucho dos meses y fue en ese lapso de tiempo que las cosas llegarían a su punto más crítico.
Pues Roberto, estaba rápidamente enfermando de una forma que no podíamos comprender, él había perdido mucho peso y seguía con aquellos vómitos raros nocturnos se le veía deprimido y comenzó a faltar mucho al trabajo.
Razón por la cual fuimos a visitar varios médicos, para que analizara en su caso. Sus revisiones médicas eran lentas así que teníamos que hacer pacientes y también que seguir lidiando con aquellas situaciones paranormales.
Pero en una ocasión en una madrugada, logré comprender la situación mucho más allá. Pues siendo las 3 de la mañana, me despertó un sonido que provenía de la sala en el reproductor de música.
De manera extraña se había encendido y sonaba una música melodiosa que era la favorita de Pedro, me llama la atención porque aquel reproductor de música llevaba meses sin usarse.
Podría decir que incluso años, me levanté de la cama asegurándome de que Roberto, estuviera acostado y durmiendo después camine lentamente hacia la sala con mis pies descalzos, llena de incertidumbre.
Pues no sabía con lo que me encontraría en esta ocasión, cuando llegue a la sala no encontré nada solo el estéreo encendido y sonando con una canción que le gustaba mucho a Pedro.
Curiosamente la letra de la canción repetía la frase siempre estaré contigo. Estoy segura que él habría dejado en la bandeja desde muchísimo tiempo atrás pero yo no entendía por qué se había encendido y puesto play en el reproductor.
Más que ser una tonada romántica, aquello era algo aterrador, yo no pude evitarlo comencé a llorar y me senté en el sillón y empecé a hablarle al fantasma de Pedro, yo no lo podía ver y en realidad no sé si era eso lo que estaba realmente ocurriendo en la casa.
Pero sé, que de ser real tenía. que al menos intentarlo. Así que comencé a hablar al aire con la esperanza, de que él desde el más allá me escuchara.
Le hice saber que yo quería ser feliz en mi actual matrimonio y le pedí que me dejara en paz, que dejara en paz a Roberto que yo ya no iba a permitir que me destruyera más la vida.
Le pedí que se fuera, hay que buscar a la luz que entrara en ella y que nunca más volviera a la casa.
Le dije que si me amaba debía irse y dejar de hacerme daño, que yo ya no quería saber nada de él y que le sacaría de mi cabeza y me iría lejos donde él no pudiera seguirme a un lugar donde yo iniciaría mi nueva vida.
Porque yo tenía el derecho de hacerlo aquella noche llore hasta que me canse y no me di cuenta.
En qué momento, me quedé dormida ese mismo fin de semana llevamos a un sacerdote a que hiciera oración y bendijera en la casa a las semanas la puse en venta. Pues la casa de Roberto, ya estaba lista para nosotros también mandé tirar y quemar todas las cosas de Pedro.
Yo ya estaba dispuesta a dejarlo atrás y no saber nada más de todo aquello, que me estaba traumando tanto en la nueva casa las cosas paranormales ya no ocurrieron más.
Roberto se fue reponiendo de aquellos males y los médicos no encontraron nada malo en su cuerpo, se que aquel fantasma de Pedro, quería hacerle mucho daño a Roberto y de no haber salido a tiempo de aquella casa...
No quiero pensar en que hubiese perdido la vida, ya hace varios años de aquellos eventos y hasta el día de hoy no puedo entender lo que hay más allá de la vida o porque aquellos espíritus siguen aferrados a seguir aquí entre nosotros.
Atormentando, haciendo daño, hay mucho que ver en cómo las personas llevamos nuestras vidas y nuestras relaciones en el día a día y si todo lo que nos pasa ya se bueno o mala esta bajo nuestro control.