El 2 de enero de 1915, en plena Revolución Mexicana, Venustiano Carranza —entonces Primer Jefe del Ejército Constitucionalista— promulgó una ley que cambiaría para siempre la sociedad mexicana: la Ley del Divorcio.
Este decreto, firmado en Veracruz (sede del gobierno revolucionario), no solo fue un acto jurídico, sino una declaración de principios: el Estado mexicano comenzaba a separarse de la Iglesia Católica en materia de familia.
Contexto: Revolución y Secularización
- Antecedentes: Hasta entonces, el matrimonio era "indisoluble" según el Código Civil de 1884 (influido por la Iglesia).
- La Revolución como catalizador: Carranza buscaba modernizar las leyes civiles, quitando a la Iglesia el control sobre matrimonios y registros.
- Detalle crucial: La ley permitía el divorcio por mutuo acuerdo o por causas como adulterio, violencia o abandono.
Impacto Social
- Escándalo conservador: La prensa católica tachó la ley de "inmoral".
- Liberación silenciosa: Mujeres maltratadas y parejas infelices encontraron una salida legal por primera vez.
- Legado: Sentó las bases para las leyes laicas de 1917 (Constitución de Querétaro).
- Frase memorable: "El amor no debe ser una cárcel" (argumento usado por diputados revolucionarios).
- Dato curioso: El primer divorcio legal ocurrió en Veracruz, entre un comerciante y su esposa, con solo 15 días de trámite.
¿Sabías que...? Esta ley fue antecedente del divorcio exprés (2011). La Revolución también fue una revolución sentimental.
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