El doble proceso revolucionario a mediados del XVIII y principios del XIX, da la pauta, de volverse fundamental para entender la modernidad, la contemporaneidad y el desarrollo histórico prácticamente global de los últimos dos siglos.
Lo que llamamos "doble revolución" teniendo en cuenta que si la revolución francesa, promueve e instala es una profunda transformación política y social por un lado.
La revolución industrial va a ser la etiqueta para denominar las enormes trasformaciones económicas, sociales y culturales.
Este proceso se inicia básicamente a partir del desarrollo de sistemas tecnológicos, lo que caracteriza a las transformaciones sociales es el desarrollo de sociedades industriales que van a estar altamente urbanizadas.
Es decir, a partir de este momento en adelante habrá mayor número de ciudades y un aumento del porcentaje de la población va a vivir en ciudades, que provienen del campo.
Se van a hacer más visibles en la primera década del XIX. El proceso y sus implicancias se volvieron tópicos importantes en la historiografía por lo que los debates que provocaron.
Acerca de las formas de entenderlo, de cómo estudiarlo, contextualizarlo, siendo un proceso amplio y complejo está articulado sobre distintas teorías, sobre todo de la evolución social y su relación con los sistemas económicos.
Entonces lo que hacemos es generar una especie de definición sintética que englobe distintas definiciones entendiendo esta revolución como un gran proceso de cambio estructural en la que se combinan tres cuestiones fundamentales.
Todas las formas de entender la revolución industrial hablan de que, en principio
Hay que asociarla a un crecimiento económico, un aumento de la productividad, básicamente ligado a la producción industrial masiva. Es decir, se produce mucho más de una manera mucho más rápida.
Innovación tecnológica y la organización del trabajo. El desarrollo de todo un sistema fabril, la organización de la producción en fábricas que se sostiene y retro-alimente, con nuevas fuentes de energía, como el vapor y el carbón.
Pero también con nuevas formas de producción ligadas a las maquinas. Esta maquinización de la producción, que permite ese aumento de la productividad.
Cada vez se produce más y de manera más rápida en menor cantidad de tiempo. Con menos trabajadores, porque por un lado se transforman las maneras de organización del trabajo, el trabajador tiene que organizar su vida a partir de trabajo en la fábrica y del momento en que tiene que trabajar.
También porque la organización de la economía y de la producción en torno a este sistema de fábricas, a una producción más rápida, va a generar una enorme fractura y una re-formulación de la labor de las formas de organización social.
Por un lado, porque la organización en las fábricas, va a generar nuevas concepciones de lo que es trabajar pero también nuevas concepciones de la organización del tiempo y las formas de organización del ocio.
Es decir, cuando se trabaja, cuando no, en dónde, quienes trabajan, quienes no. Esto tiene una serie de cuestiones sociales
El proceso de urbanización se complejiza, el que se desarrolla en el medioevo y continua en el renacentismo y no para de crecer.
En el Siglo XIX se va a dar como ejemplo paradigmático la ciudad industrial. También tiene mucho que ver con una enorme complejización de las clases sociales, es decir, una transformación profunda en las formas en las que se distinguen los grupos sociales en el interior de un cuerpo social.
En principio esta nueva organización del trabajo va a generar la existencia de los trabajadores fabriles, los sectores obreros.
Va a generar clases intermedias, clases medias ligadas a trabajos de oficina/administración (si bien ya existían antes, su numero se multiplica y hay nuevas formas de ser clase media) y también genera la aparición simbólica de la burguesía, los dueños de las fábricas.
La burguesía industrial va a coordinar este proceso económico y luego, va a ir creciendo en su poder simbólico, económico y social.
Lo que va a suceder es que van a ir complejizándose y polarizándose estos sectores sociales que de por sí entrañan una desigualdad social fuerte.
La aplicación de la energía vapor hizo posible la ubicación de las actividades industriales en la ciudad.
Cómo el sistema de la organización del trabajo y de la producción económica, ligada a la formas tecnológicas, hizo que estos lugares de trabajo vayan siendo cada vez más concentrado en espacios ligados a los cursos de agua y las ciudades donde estaban la mayor cantidad de gente para trabajar.
Esto motivo, una mayor cantidad de gente en centros urbanos, esto se da después de 1850 vinculandose con el éxodo de la mano de obra rural sobrante, es decir, la tecnificación de la agricultura genera que los obreros rurales se trasladen a las ciudades en busca de trabajo.
El mayor crecimiento en términos económicos se produjo en aquellas ciudades con actividades industriales, es decir, a medida que crecía la industria se concentraba mayor población a estos espacios industriales, significó un profunda, paulatina, acelerada, radical transformación del paisaje urbano.
Si pudiéramos observar los cambios en las áreas urbanas de 1800 a 1850 serian mas drásticos que los que hubo de 1600 a 1800.
Por un lado hubo un gran deterioro de la calidad de vida y el medio ambiente, estas fábricas van a instalarse sin ningún tipo de consideración de la ecología del lugar, la evidente contaminación de los cursos de agua que servían para la producción, ademas se precariza aún más la situación habitacional de los trabajadores.
Este crecimiento espontáneo de los trabajadores que llegan a las fabricas pero no tienen donde vivir, va a generar algo paradigmático en el Siglo XIX industrial.
También se ve en otros polos industriales como la ciudad de Nueva York, por ejemplo.
Una de las cuestiones a tener en cuenta es el espacio urbano como un fenómeno muy complejo, pero a su vez el contexto que permite entender y explicar buena parte de las consecuencias de la revolución industrial tiene sobre la producción simbólica pero también sobre las formas de la percepción visual.
El arquitecto español Fernando Chueca Goitía tiene una serie de estudios sobre el urbanismo en general. Trabaja en su libro con interpretaciones de los procesos que fueron dándole forma o modelando la ciudad occidental a lo largo de la historia.
Es decir, desde Grecia antigua hasta el presente. La hipótesis fundamental que tiene sobre la ciudad industrial del XIX y esta transformación del paisaje urbano ligado a esta expansión espontanea de la población, es que a su criterio, el uso del suelo, de la tierra que se promueve a partir del desarrollo industrial, no fue planificado ni fue racional, fue solamente especulativo.
Sigue la “ley del menor esfuerzo”, generando una catástrofe urbana porque en principio no se atiende a ningún principio sobre el medio ambiente, sobre el uso de los recursos o su aprovechamiento, sino que también va a dar origen a uno de los grandes factores de la desigualdad social que van a ser los “slums” (barrio obrero o bajo).
Para él, es el fenómeno, que deja claramente expuesto tanto el uso irracional y especulativo del terreno como la desigualdad social inherente al modelo productivo capitalista.
Este barrio obrero tiene condiciones ínfimas para las familias, las personas viven hacinadas, en condiciones con absoluta falta de higiene, sin ventilaciones ni espacio verde.
Analizando la ciudad de Glasgow en Escocia que crece de manera descontrolada a fines del XVIII y sobre todo en el XIX, va a tener problemas para organizar esa expansión urbana porque esas condiciones de vida hacinadas generan la proliferación de pestes, siendo una de ellas el cólera.
Por estas condiciones de vida es que intelectuales de izquierda de aquel momento, van creer que es la base para la revolución social.
Piensan en mediados del XIX, una serie de propuestas políticas e ideológicas ligadas a la revolución obrera, al desarrollo de las ideologías de izquierda ligadas al comunismo.
Finalizando con Chueca, lo que entiende es que, lo que fundamenta ese uso del suelo, es la mentalidad utilitaria, que para él está asociada a la idea del progreso.
Esa búsqueda de la especulación monetaria del suelo, lo que vale la tierra, con lo que vale los terrenos, a su criterio es la filosofía del libre mercado lo que deriva en esa forma que adquiere esa ciudad industrial.
Lo que se busca es la máxima ganancia a toda costa, y a su criterio, es esa mentalidad utilitaria, especulativa.
Él también entiende que esto hay que articularlo a otras series de fenómenos que se van a dan casi en simultáneo, pero que tienen otra base.
Chueca va a entender el impacto que el proceso de complejización social produce a la forma humana, también teniendo en cuenta el desarrollo de la burguesía.
Esa clase que crece en su poder económico, luego en lo político y va a buscar de alguna manera, consolidar su poder en lo simbólico.
Por eso habla de una “ciudad dual”, en la que, al lado de la ciudad industrial, se levanta la ciudad burguesa, estructurándose la "ciudad luz" de la burguesía.
Esa idea de ciudad burguesa, en el mismo espacio urbano coexisten tanto las manifestaciones visibles de la instalación del proceso económico en su cara más cruda, especulativa y utilitaria.
Como existen toda una serie de intervenciones en el espacio que se está ligando a esa idea de la burguesía como clase dominante.
Entonces la idea de la ciudad burguesa, para él le sirve de etiqueta, y le sirve para denominar toda una serie de procesos de reformas y ampliación controlada, planificada, de una serie de ciudades industriales.
La más clara es la Reforma de París, en la década de 1850. También en el ensanche que se propone para Barcelona. Estos proyectos, lo que van a generar impulsar son formas de modernización de la ciudades.
Ya que sus núcleos de origen son de forma medieval, siendo estructuras poco organizadas, informales.
Lo que van a tratar de imponerse en ese momento son las formas ligadas a lo racional. Son proyectos que quieren dejar estas formas medievales, pensando en las necesidades de tipo cuantitativas y cualitativas que se plantean en el presente.
Eso supone, por un lado, racionalizar ese espacio y a su vez, promover ese proyecto habitacional planificado.
Se generan distinciones funcionales. Se organizan espacios de la ciudad distintos, ligados a los distintos tipos de actividades.
Por ejemplo, en el centro de la ciudad se ubican los edificios de las funciones de lo público, en otros espacios se ubican los sectores fabriles, en otros están los espacios residenciales de la burguesía.
Esto, a su vez, va a generar la necesidad de crear sistemas de transporte y de circulación de las personas que permitan circular esos espacios de manera eficiente.
Asimismo, se va a procurar poner medidas que tiendan de alguna manera, a ir solucionando, conteniendo esos problemas de nivel sanitario, de salud e higiene que se desarrolla en esos slums ya que se dan cuenta de que promueven enfermedades que ponen en riesgo toda la población.
Por lo tanto esto genera la necesidad de la obra pública, buena parte de esas ciudades generan, sus primeras organizaciones de los sistemas cloacales.
A su vez, esas reformas (por ejemplo, la de Haussmann en París), lo que van a tratar es de generar formas que permitan controlar a nivel físico, la potencial conflictividad de los obreros, complicar de alguna manera el desarrollo de manifestaciones populares.
Esto es particular en este caso, porque una de sus principales intervenciones en París fue la de apertura de las grandes avenidas, los boulevard y toda una serie de sistemas de comunicación amplios, anchos.
Que por un lado facilitan la comunicación entre espacios, estando articulados a esta división que se generan en las ciudades con los barrios más ligados a los sectores burgueses.
Estos distritos son circuncisiones de la planta urbana, también le permite generar circuitos de paseo dentro de la ciudad para conectar puntos como el Arco del Triunfo, con la Opera que se construye en ese momento, símbolo de la distinción de la cultura francesa.
También lo que hacen estas avenidas es limitar la posibilidad de la manifestación popular.
París, sobre todo, tiene una tradición de manifestación popular muy fuerte, y una de las formas que conoce como típica es la de generar barricada.
Eran elementos que tuvieran a la mano, pudieran juntar, amontonarlos de alguna manera para taponar una calle angosta tipica del diseño medieval.
Eso dificulta la circulación pero a su vez impide a los barrios pequeños la circulación de la fuerza pública. Estos movimientos de manifestantes eran muy difíciles controlarlos.
Esta apertura de estas grandes avenidas, dificulta de tal manera este tipo de prácticas. A su vez, permite una fácil circulación de la fuerza pública, sobre todo de la caballeria.
El gran plan de reforma de París que hace Haussmann en la segunda mitad del XIX es una organización que también se va a aplicar a la regularidad de los espacios de residencia.
Va a tratar de organizar de una forma modelo la residencia burguesa típica que se va a utilizar más o menos para buena parte de las construcciones que hay en las avenidas.
Lo que se generan son esas “calles muro/pared”, son regulares, la construcción tiene diferencias, algunas en altura con distintos pisos.
Donde la parte inferior están ubicados los espacios destinados a la comercialización de elementos, la atención al público, pero luego tienen distintos pisos destinados a la vivienda.
Lo más común era que el primer piso viviera la familia propietaria del emprendimiento comercial, luego en los pisos superiores personas que pertenecían a clases económicas inferiores.
Más arriba estaban los espacios de vivienda menos valiosos, que los ascensores todavía no existían provocando que los últimos pisos sean los menos deseados para vivir.
La fachada haussmanniana suele seguir, tiene criterios estilísticos básicos que se alteran de maneras sutiles y siguen una misma pauta, que es la neoclásica o historicista.
Lo que básicamente se combinan son líneas horizontales, estratificación de espacios superpuestos y se hacen aún más visibles; lo que hacen es generar este tipo de ornamentación utilizando este tipo de molduras clasicistas, frontis típicos.
Esto no tiene funciones de sostén, es decorativo/ornamental, tienen que ver con la utilización de la pauta clásica, de la noción neoclásica de la belleza como método de distinción, como elemento ligado a la construcción de ese prestigio, de ese poder de la clase burguesa.
Chueca dice que eso es clave para entender esa ciudad dual.
Clave para entender esa ciudad liberal, la ciudad que frente a este crecimiento descontrolado, no planificado, irracional ligado al uso industrial de las ciudades, se presenta como una respuesta que se articula a esto.
Porque en definitiva este lenguaje neoclásico, historicista sirve de soporte para delinear una imagen de prestigio, de dignidad, de poder simbólico que hace referencia al poder del pasado.
Hay una utilización del lenguaje neoclásico para generar una noción de poder simbólico que justifica que, de alguna manera se vincula al poder económico real, porque esta clase burguesa es la que a su vez crece en su poder económico a expensas de la industria.
Lo que para Chueca es paradigmático es que la burguesía liberal tiene ya este poder económico, y lo que hace es, en algún punto, parte de ese proceso en el que construye el poder político y construye su poder social.
Su poder simbólico mediante esta forma historicista, mediante el uso de este lenguaje clásico de la arquitectura clásica, de alguna forma recurre al pasado para que su legitimidad social quede vinculada a la historia.
Queridos lectores, si les gusto lo que escribí pueden contribuir, muchas gracias.
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