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jueves, 1 de mayo de 2025

Seabury Quinn

Seabury Quinn: el abogado que llenó de monstruos las revistas pulp


Entre los muchos nombres que dieron forma al universo del terror y la ciencia ficción en las viejas revistas pulp, hay uno que sobresale, aunque hoy no se mencione tanto como a Lovecraft o Robert E. Howard. Se trata de Seabury Grandin Quinn, un abogado de profesión que, sin embargo, terminó escribiendo casi cien historias de misterio y horror sobrenatural que cautivaron a miles de lectores en el siglo XX. Su personaje más famoso, el detective Jules de Grandin, fue un fenómeno editorial en su época.


Entre leyes y lápidas: los inicios de Quinn


Quinn nació el 1 de enero de 1889 en Washington D. C., donde también se formó como abogado. Se graduó en leyes en 1910 por la National University, y durante muchos años compaginó su vocación literaria con una insólita especialización: la legislación funeraria. No solo trabajó como abogado en ese campo, sino que también lo enseñó y fue editor durante más de 15 años de Casket & Sunnyside, una revista especializada en el negocio de las funerarias. Sí, así como suena.


Durante la Primera Guerra Mundial sirvió en el ejército, y tras el conflicto se mudó a Nueva York, donde empezó a dar forma a su otra gran pasión: la escritura. En algún momento entre 1917 y 1919, publicó sus primeros relatos —títulos como The Stone Image, Painted Gold o Demons of the Night— en revistas de misterio y crímenes. Pero el verdadero salto llegaría poco después.


Jules de Grandin: el Sherlock Holmes del ocultismo


En octubre de 1925, en las páginas de Weird Tales, Quinn presentó al personaje que lo haría inmortal en el mundo del pulp: Jules de Grandin, un excéntrico detective francés especializado en resolver casos sobrenaturales. Acompañado siempre por su fiel amigo y narrador, el doctor Trowbridge, De Grandin se enfrentaba a brujas, vampiros, demonios y otros horrores con el estilo de un Hércules Poirot esotérico.


El éxito fue inmediato. Durante casi tres décadas, Quinn publicó cerca de 100 relatos protagonizados por De Grandin, convirtiéndose en el autor más prolífico de Weird Tales, incluso por encima de Lovecraft o Clark Ashton Smith. Aunque hoy su nombre no suena tanto, fue el más leído y más popular de todos los escritores del mítico magazine.


En 1948 publicó su primera novela, Roads, una reinterpretación del mito de Santa Claus con tintes cristianos y oscuros, de la mano de la editorial Arkham House.


Segunda guerra, seudónimos y funerales


En los años 30, Quinn volvió a mudarse a Washington D. C. y durante la Segunda Guerra Mundial trabajó para el gobierno de Estados Unidos. Pese a la nueva etapa, no abandonó la escritura. Bajo el seudónimo de Jerome Burke, publicó textos de no ficción, como This I Remember: The Memoirs of a Funeral Director, un curioso libro donde recogía sus vivencias en el mundo funerario.


La caída de Weird Tales en 1952 marcó el final de su época dorada como narrador pulp. Aun así, siguió escribiendo ocasionalmente, aunque su producción disminuyó con los años.


Un narrador brillante, aunque eclipsado


Seabury Quinn falleció el 24 de diciembre de 1969, apenas una semana antes de cumplir 81 años. Más allá de la fama de su personaje Jules de Grandin, la crítica ha reivindicado con el tiempo su capacidad narrativa, su estilo pulido y su habilidad para integrar referencias esotéricas, históricas y sociales en sus historias.


Hoy en día, Quinn es una joya algo olvidada del pulp clásico, pero merece ser redescubierto. Si alguna vez te apetece leer un cruce entre Sherlock Holmes y Van Helsing, Jules de Grandin te espera entre las polvorientas páginas de Weird Tales.





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