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jueves, 1 de mayo de 2025

Ezequiel Padilla Peñaloza


Ezequiel Padilla: el orador brillante que quiso cambiar el rumbo de México


Entre los muchos personajes clave del México posrevolucionario, pocos reúnen tantas facetas como Ezequiel Padilla: abogado brillante, diplomático con proyección internacional, político de alto rango y, según Salvador Novo, uno de los mejores oradores que ha dado el país. Su vida, atravesada por exilios, cumbres internacionales y campañas presidenciales, es el retrato de una época en la que el país se re-configuraba tras los cañonazos de la Revolución.


De Guerrero al mundo


Nació el 31 de diciembre de 1890 en Coyuca de Catalán, Guerrero, y desde joven mostró una facilidad poco común para hablar en público. Esa habilidad lo acompañaría toda la vida. 


Estudió primero en Iguala, luego en Chilpancingo, y finalmente se trasladó a la Ciudad de México, donde se formó como abogado en la Escuela Nacional de Jurisprudencia. No satisfecho con eso, fue uno de los fundadores de la Escuela Libre de Derecho, donde también estudió y se destacó por tener las mejores calificaciones de su generación.


Su activismo estudiantil lo llevó al exilio en 1916. Vivió primero en Cuba, luego en Estados Unidos —donde asistió a la Universidad de Columbia— y más tarde en París, donde concluyó un posgrado en La Sorbona. A su regreso a México, fue nombrado por Álvaro Obregón como presidente de la Junta de la Beneficencia Privada. Era solo el principio de una larga carrera pública.


Política en tiempos de reconstrucción


Padilla entró a la escena política como diputado federal entre 1922 y 1926. En 1928, bajo la presidencia de Plutarco Elías Calles, se convirtió en procurador general de la República. Pronto dejó ese puesto para ser fiscal en uno de los juicios más delicados de la época: el caso contra José de León Toral, asesino de Obregón.


Durante la presidencia de Emilio Portes Gil, Padilla fue designado Secretario de Educación Pública, cargo que ejerció con energía hasta 1930. Ese mismo año representó a México como diplomático en Italia y Hungría, y más tarde fue senador por Guerrero de 1930 a 1934.


Pero su momento de mayor proyección llegó durante el sexenio de Manuel Ávila Camacho, cuando fue nombrado Secretario de Relaciones Exteriores (1940-1945). 


Fue una etapa crucial: en plena Segunda Guerra Mundial, México tomó parte activa en la diplomacia hemisférica y global. Padilla presidió la Conferencia de Río de Janeiro en 1942, la Conferencia de Chapultepec en 1945, donde se firmó el célebre Acta que afirmaba la igualdad jurídica de los Estados soberanos, y fue delegado en la histórica Conferencia de San Francisco, donde nació la Organización de las Naciones Unidas (ONU).


El sueño presidencial… y la derrota


En 1946, Padilla renunció a su cargo como canciller para postularse a la presidencia de la República por el Partido Democrático Mexicano. Era un intento inédito de romper el control del PRI, pero la apuesta no funcionó. Perdió ante Miguel Alemán Valdés, y la prensa oficialista lo atacó con dureza, acusándolo incluso de haber colaborado con Victoriano Huerta en la época del asesinato de Madero y Pino Suárez, algo que logró desmentir.


Pese al revés, Padilla no desapareció del mapa. Fue reconocido con un doctorado honoris causa por la Universidad de Columbia, presidió la Academia Mexicana de Derecho Internacional, y fue parte activa en varias instituciones jurídicas de renombre. Entre 1964 y 1970, volvió al Senado como representante de Guerrero.


El arte de la palabra


Pero más allá de su carrera política y diplomática, Padilla fue reconocido como un gran orador. El escritor Salvador Novo lo describía con admiración: “¡Qué orador, señor, qué orador! Su oratoria es de una elegancia afrancesada y un barroquismo helénico… escucharlo constituye una experiencia gozosa”.


Padilla falleció el 6 de septiembre de 1971 en la Ciudad de México. Su legado, aunque a veces opacado por la historia oficial del PRI, sigue siendo el de un político culto, elocuente y profundamente comprometido con el desarrollo intelectual e internacional de México.






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