La dureza de la soltería en la vejez se muestra
cuando Abe conviven fugazmente con Jaqueline, su relación se vuelve compleja debido a la intervención de los demás (sobre todo la negativa de Homero).
Luego de la intromisión de Burns quién se muestra como un mejor partido para ella, muestran varios matices de lo que es el romance en los tiempos de la tercera edad.
Por un lado el abuelo, como un romántico sin remedio, cree que puede conquistar a la madre de Marge, a través de la nostalgia que tienen en común.
Al tener edades similares, el se siente enamorado por encontrar a alguien con quién compartir, la misma visión de los viejos tiempos que ya en ese entonces habían quedado muy atrás.
Una creencia, un poco superficial es decir que dos personas que tengan cosas en común no los hace compatibles para una relación.
Por el lado de Burns, un hombre que se ha mantenido activo debido a su acomodada vida que ha tenido desde niño, es alguien que lo ha conseguido literalmente todo.
Por lo que dentro de su extensa y superficial vida considera que la única mujer que le ha dicho que no siendo millonario es la persona que lo hará feliz.
Por lo que se empeña en buscar compartir con alguien los años que le quedan, cosa que puede, al tener tiempo y recursos ilimitados sin competencia.
Lo curioso que para Jaqueline fue sencillo elegir, no tiene duda y los juicios vienen de su familia que buscan intervenir porque ninguno de ellos, comprende como se puede desarrollar el amor y los vínculos en la vejez.
Porque en ausencia de la vida sexual, el desgaste del cuerpo que conlleva a muchas limitaciones las personas en su mayoría creen, que la vejez es un periodo de renuncia donde lo mejor es sentarse por horas frente a la ventana o a tejer frente al televisor y el romance no es algo que deba encajar.
Obviamente para la madre de Marge esto no era así, ella tenía claro que si bien no estaba enamorada, podría sentirse mejor con alguien que pueda cuidarla (aunque sea una persona horrible).
Alguien que pueda darle una mejor vida que un crudo asilo donde terminó viviendo, por lo que era firme en su decisión hasta que se dio cuenta en el altar que tener de regreso un hombre en su vida era más complicado que su vida anterior.
Aunque Abe se da como triunfador, al final todos quedan solteros, ya que la nostalgia no será suficiente.
En una muestra que la vejez aún tiene espacio para las emociones, los romances fallidos y los conflictos por una pareja, cosa que de alguna manera pueden hacerte sentir vivo aunque el cuerpo ya empiece a decir lo contrario.
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