El papel de las colonias americanas fue relevante en función del mantenimiento de la estructura fiscal imperial durante el último período colonial.
Hay que tener en cuenta que la nueva historiografia se despega del sentido económico de la sociedad colonial es decir que la lógica desde la llegada de Colon hasta los Borbones, no era buscar "rindes en capital" sino prestigio social.
Esto es algo que desde la historiografia anglosajona no contempla o directamente lo descarta aludiendo que el sistema económico colonial era improductivo, y si lo era fue por que no se buscaba ser un empresario colonial sino ser un señor de vasallos.
Una de las consecuencias de las reformas borbónicas fue justamente ésa.
El papel específico de Nueva España en este contexto tiene tres niveles: primero, la tesorería de Nueva España tiene una función central en el mantenimiento de sus fuerzas de defensa y de sus respectiva «presidios» en todo el ámbito virreinal.
Segundo, esta tesorería posee también un papel destacado en toda la estructura defensiva en Asia y el Gran Caribe.
Sin situados novohispanos no hay Imperio ni en Asia ni en el Caribe, área vital para la continuidad del dominio colonial español y donde se encontraban algunas de las «joyas» del Imperio hispánico, como la isla de Cuba.
Tercero, Nueva España llegó a ser responsable a finales del período colonial de casi el 75 por 100 del total de las remesas enviadas desde las colonias a la Tesorería General de España.
¿De dónde salen estos ingresos en el caso específico de Nueva España?
Primero tenemos los ingresos regulares del sistema fiscal, que ha sufrido profundas transformaciones a partir de mediados del XVIII, cuando se inicia la larga serie de innovaciones en la estructura del dominio colonial que conocemos como «reformas borbónicas».
Transformaciones destinadas a acentuar la presión fiscal. Segundo aspecto que debe ser analizado: los préstamos y donativos que la Corona exigirá a sus súbditos coloniales de forma creciente a medida que la crisis fiscal se acentúe en la península.
Tercero, la Corona acudió al expediente de la «consolidación de los vales reales». La consolidación de los vales reales (se trata de un sistema peculiar de bonos de la deuda estatal) había sido ya aplicada para las instituciones eclesiásticas en España desde 1798, a finales de 1804, la Corona decidió extender el sistema a las colonias americanas.
En general, no fueron los bienes raíces de la Iglesia los que estaban sometidos a la consolidación sino sus capitales y, sobre todo, los capitales de los juzgados de obras pías y capellanías y los conventos.
Estos capitales, cumplían una función central en el sistema crediticio novohispano. También esas instituciones se ocupaban de diversos establecimientos de carácter caritativo típicos del antiguo régimen en el marco de la monarquía católica, como fundaciones piadosas, hospitales colegios, etc.
Una parte sustancial de las unidades productivas rurales estaban endeudadas con los conventos y los juzgados de obras pías y capellanías, que les prestaban de forma regular cantidades variables a crédito para los más diversos objetivos.
Las haciendas novohispanas en su gran mayoría habían ido acumulando desde hacía dos siglos cuantiosas deudas con esas instituciones, a tal punto que el dinero efectivo necesario para la adquisición de esas unidades productivas estaba ya muy lejos de su valor de mercado, pues el potencial comprador sólo debía pagar la diferencia entre el total de deudas que gravaban el bien inmueble y su precio mercantil.
Pero, no sólo los hacendados, sino también los comerciantes y los mineros habían tomado crédito de esas instituciones eclesiásticas.
Los efectos de la consolidación (de la deuda) hubieran podido ser catastróficos. Decimos «hubieran podido ser» porque fue evidente que se llegó a diversos arreglos para evitar la aplicación estricta de la ley, pero, de todos modos, muchos propietarios debieron pagar ingentes sumas.
Si bien «sólo» un total de alrededor de 9 millones de pesos fueron transferidos a la península en este concepto, las élites novohispanas sintieron que algo se había roto en el delgado hilo simbólico que los unía a la monarquía.
Eso afectaba además los vínculos de esos grupos con la Iglesia, uno de los pilares constitutivos de la monarquía católica.
Es decir desde un inicio en la historia colonial, lo "catolico" era lo que le daba credibilidad a la figura del monarca y que este ultimo comenzara a distanciarse de la iglesia fue algo que produjo un malestar en el continente americano.
Esta progresiva desafección de una parte de las élites y los notables provincianos sería fatal para la Corona durante los años críticos que se iniciaron en 1810.
Quizá sea cierto que el peso de la relación colonial fuera efectivamente ínfimo en relación con el PBI (si bien es un poco anacrónico hablar de PBI en esta época es como para que se entienda el contexto) de la España peninsular.
Como afirman algunos autores, pero ni las finanzas imperiales podían pasarse del flujo anual de plata americana sin sufrir merma, ni la historia del otoñal Imperio hubiera sido la misma sin el aporte económico de las colonias.
Queridos lectores si les gusto lo que leyeron, puede contribuir un poco. Muchas gracias
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