Las consecuencias del choque de la conquista fueron múltiples, pero nosotros nos detendremos en en sus consecuencias demográficas y ecológicas.
Las últimas estimaciones de Cook y Borah, los dos autores que más han trabajado el tema para México central (del Itsmo de Tehuantepec en el sur, a la frontera chichimeca en el norte) presentan los guarismos siguientes.
Para el momento del contacto, es decir, el año 1519, se calculan unos 25,3 millones de habitantes, éstos serían unos 16,8 millones en 1523, para descender a la cifra de 6,3 en 1548 y de 2,6 millones en 1568.
Según estos autores, en 1605 apenas llegaríamos al millón de habitantes en esa área. Hay que recordar que, si bien es posible que esta estimación sea excesivamente alta (por ejemplo, especialistas de Mesoamérica, como William Sanders, dan una cifra inicial de 11,5 millones en lugar de los 25 millones de esos dos autores señalados).
De todos modos, ese trabajo fue el primer esfuerzo serio, a partir de las fuentes existentes para ese período, de medir la población prehispánica.
Sea como sea, las cifras de Sanders para principios del siglo XVII coinciden con las de Borah y Cook, pasar de 11,5 millones a poco más del millón de habitantes en un periodo de 80 años, es una catástrofe que tiene pocos antecedentes en la historia escrita de la humanidad.
Sin lugar a dudas, podemos afirmar que, aun cuando se retoquen y modifiquen algunas cifras, pocas veces en la historia reciente de las sociedades humanas, un contingente de humanos vio de tal forma reducido su número.
¿Cuáles son las causas de este fenómeno?
Aquí, nuevamente, las discusiones son encendidas entre los especialistas. Vamos a repasar rápidamente las posiciones más relevantes.
En primer lugar, la llamada tesis «homicida»: nacida al calor de los escritos de Bartolomé de las Casas.
Hoy aparece bastante desacreditada, no porque se niegue que existió, sino porque, por sí solos, no explican la enormidad de las cifras que estamos presentando, ademas si bien los castellanos llegaron con la idea de tener vasallos incluso si eso implica la violencia, estos les servían estando vivos.
El fenómeno del «desgano vital» parece conducir al descenso de las uniones sexuales y a la caída en el número de hijos, entre otras razones, ademas los indios encomendados retrasaron su edad para procrear lo que derivo en una disminución de nacimientos, ya que sus nuevas obligaciones fiscales les dificultaba la busqueda de pareja estable.
La acción de las epidemias, ésta es una de las causas directas más importantes. La viruela, el sarampión, la malaria y la fiebre amarilla. Luego la rubéola y el tifus.
Es obvio que la epidemia tiene efectos mucho más mortíferos según el estado social, económico y anímico de una población determinada, o sea, su nivel de vida.
Cuando decimos «nivel de vida», debemos hablar de una serie de variables muy complejas y que funcionan de manera sinérgica, es decir, no sólo la alimentación, sino también el tipo de vivienda, el hacinamiento o no de sus habitantes, las instalaciones sanitarias, el acceso al agua potable y la higiene en general.
Un ejemplo de ello seria el deceso de niñas (ya que la población mas jóvenes y los mas adultos eran los mas débiles) que en un futuro serian madres, es decir, las enfermedades traídas por europeos al matar sobre todo a mujeres jóvenes derivo en que la población no tuviera futuras procreadoras.
Veamos la cuestión del ritmo de trabajo. Las nuevas condiciones de trabajo basados en la economía monetizada y el ritmo del mismo impuesto a sociedades que tenían una concepción del uso del tiempo muy peculiar y bastante alejada del Occidenta, hizo que las primeras generaciones tuvieran algunas resistencias.
Observemos el problema de la violencia desatada por el hombre blanco. Este aspecto fue posteriormente casi abandonado por los estudiosos.
Pero algunos autores lo vuelven a poner sobre el tapete en ciertos casos, como el de Perú del período 1530-1555.
Para resumir, podemos decir que estamos ante una cadena causal que contribuye a explicar estos hechos.
La cadena está compuesta por los siguientes elementos principales: ritmo de trabajo – dieta – epidemia y todo ello condicionado por un marco general de situación, en el que reina la violencia desatada por los invasores y en el cual se halla omnipresente ese estado anímico tan particular que hemos llamado «desgano vital».
Si bien no hay un estudio serio del tema, un numero considerable de población indígena, cuando cayeron en la cuenta de que sus vidas ya no iban a ser las de antes, optaron por el auto-aniquilamiento tanto individual como colectivo.
Queridos lectores si les gusto lo que leyeron, puede contribuir un poco. Muchas gracias
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