El boom económico de la India la ubica entre los ejemplos más exitosos de la economía global.
Con una población de más de mil millones de habitantes en la que se destaca una consistente clase media con un alto número de profesionales.
Entre los factores que han contribuido a este crecimiento económico se destaca su notable élite científica, su segmento de población anglo-parlante y los bajos salarios que perciben sus trabajadores.
En 1999 el Partido del Pueblo se hizo cargo del gobierno pero su ascenso se vio eclipsado en el 2004 cuando triunfo la coalición encabezada por el congreso con Sonia Gandhi, la esposa del hijo de Indira Gandhi.
Los principales conflictos presentes desde la creación del estado nacional son la guerrilla maoísta, las reivindicaciones autonomistas de diferentes etnias y la violencia de Cachemira.
A partir de su independencia, Pakistán sufrió permanentes crisis políticas, desde 1958 hasta 1972 se sucedieron gobiernos militares.
En 1972 el líder del Partido Popular pakistaní Zulfikar Ali Bhutto fue depuesto por un golpe de estado y ejecutado.
El general Zia-Ul Haq promovió la islamización pero a diferencia del régimen islámico iraní, Zia contó con el apoyo de EE.UU.
Fue el enlace por el que paso la ayuda de Washington a la yihad de los afganos contra los soviéticos.
Después de la muerte de Zia el gobierno volvió a manos de los políticos alternándose el poder entre el Partido Popular y la Liga Musulmana.
En 1999 el general Musharraf dio un nuevo golpe hasta 2008 en donde volvieron los políticos. La invasión de Afganistán encabezada por EE.UU fue un mensaje contundente, ningún gobierno podía amparar las acciones de los islamitas radicales si bien tenían aceptación en la sociedad paquistaní, Musharraf decidió unirse a Washington en su cruzada anti-terrorista.
Desde comienzos del nuevo siglo tanto en Hanói como en China, los comunistas intentaron conciliar el régimen de partido único con una economía de mercado basado en el ingreso de inversiones extranjeras.
El impacto de las políticas económicas liberales y el fin de la guerra fría incidieron en el fin de las dictaduras de Ferdinand Marcos en Filipinas en 1986 y Mohamed Suharto en Indonesia en 1998.
El nuevo orden global y el fin de la guerra fría no modificaron el escenario político de Myanmar. El gobierno siguió en manos de la represiva junta militar, lo mismo que en Tailandia.
En contraste, Malasia ha sido una sociedad multi-racial relativamente armoniosa, de una economía agraria paso a tener un importante crecimiento industrial y urbano.
En casi todos los países de esta región, en el marco de la descolonización se formaron grupos armados que cuestionaron la legitimidad del nuevo estado, como por ejemplo, el nuevo ejército del pueblo en Filipinas, el caso de Aceh en Indonesia, los malayos en Tailandia o los tamules en Sri Lanka.
La existencia de gobiernos autoritarios fue un factor clave en la radicalización de los conflictos armados.
El Islamismo militante ha ganado terreno, en parte por regímenes autoritarios y corruptos que han exacerbado las diferencias étnicas y religiosas.
En los últimos años, el sudeste asiático se ha erigido como uno de los escenarios en la llamada lucha global contra el terrorismo, lo que ha traído dificultades de dialogo a los grupos que expresan reivindicaciones políticas y sociales ante la extendida calificación de terrorista, que no ha hecho otra cosa que radicalizar los conflictos y polarizar a las sociedades.
Tigres asiáticos: Entre fines del siglo XIX y principios del XX, Tokio aprovecho la crisis china y la creciente fragilidad de Rusia, para apoderarse de Corea, Taiwán y otras islas del Pacífico.
En el período de entre-guerras, Japón busco la integración de estas regiones vecinas y encaro la transformación económica en las colonias.
El milagro de los tigres asiáticos fue evidente en los años ´70, fue resultado de la singular articulación entre procesos como la anexión de las regiones ya dichas y la competencia entre las super-potencias durante la guerra fría.
Con el triunfo de Mao en China, Asia Oriental paso a ser una pieza de interés para Estados Unidos. Corea del Sur recibió el equivalente a la ayuda asignada a todos los países africanos.
Taiwán se beneficio de los gastos militares ligados a la guerra de Vietnam y los contratos públicos dieron origen a grandes empresas coreanas como Hyundai o Daewoo.
Washington abrió su mercado a los productos coreanos más baratos gracias al bajo nivel de su salario.
Los tigres asiáticos siguieron el camino que había transitado el estado desarrollista de Japón, que marcaron el rumbo de otros estados como Tailandia, Malasia e Indonesia y con menos fortuna, Filipinas.
Tokio quiso consolidar su propio crecimiento a través de intereses en la región y sus capitales contribuyeron al extendida difusión del milagro japonés.
En plena crisis de la industrialización, los Estados asiáticos demostraron poder superar el subdesarrollo sometiéndose a las reglas de la competencia capitalista pero tras la crisis de los ´90.
Los estados asiáticos pasaron de ser los especialistas económicos a los principales responsables de la hecatombe, para remontar el derrumbe era imprescindible que las burocracias ineficientes abrieran paso a las leyes de mercado.
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