Aspecto bifronte de la cultura en el Barroco.
Orden cronológico:
Mediados y fin de la edad moderna.
El barroco se ubica en el siglo XVII y XVIII (1600-1750), estos límites son porosos y varían según el tipo
de mirada historiográfica que se dé, en este período.
La problemática del barroco a partir de la reflexión acerca de los distintos sentidos que pueden asumir esta
palabra.
Distintas acepciones del término barroco:
1) Sentido valorativo: Hunde sus raíces en los
primeros usos de la palabra aplicados en las
artes visuales, en el siglo XVIII cuando comenzó
a posarse la mirada del arte barroco del siglo
precedente y se vertió en esa producción, un
término peyorativo.
Se lo vio en términos
negativos, porque se vieron características que
eran opuestas a los valores que la ilustración
quería imponer.
Sostenía los valores de la razón,
del orden. Sus orígenes (visto desde pensadores ilustrados) es de un sentido peyorativo, viene del término en portugués que barroco significa “Perla vulgar”, o joya falsa, que
tiene con sentidos de lo falso, irracional, emocional, por oposición a la razón, a la verdad, al orden.
Rousseau utiliza el término para decir que lo barroco era confuso. Es decir, que los primeros usos del
término se le daban un orden peyorativo y se lo cargaba de nociones cargadas de irracional, a lo no
ordenado, lo caótico, lo confuso.
Estos sentidos se siguen utilizando hasta el presente. Continúa estando
asociado a lo emocional, lo irracional, a la mezcla, a la hibridación, lo confuso.
2) Sentido estilístico: Recién a mediados del XIX es cuando se empieza a definirse ese estilo estilístico,
desde la historiografía se empieza a analizar.
Ya no en términos valorativos y peyorativos la producción
artística, sino que se empiezan a definir aquellos rasgos que desde el punto de vista del lenguaje, van a
definir lo que se entiende por barroco.
Estos rasgos que se identifican en el lenguaje de las artes
visuales, tiene que ver, por un lado con el concepto de "obra de arte total”.
Con la idea de que en la producción
barroca, encontramos una articulación de las distintas disciplinas artísticas al punto de que es difícil
distinguir escultura de pintura, de arquitectura.
También una noción que tiene que ver con la
superabundancia de elementos ornamentales (también se asocia al estilo estilístico del barroco).
Además
se asocia con la idea de obra abierta, cuyos límites con el espectador van a estar abiertos.
Las obras barrocas invitan de distinta manera, convocan al espectador, a prácticamente estar insertas,
formando parte de ellas.
También, si nos referimos a lo pictórico, en el arte barroco hay una primacía de lo pictórico, del color
por sobre la línea.
Siguiendo a la misma dirección a la primacía de todos aquellos aspectos formales que
apelan a la emoción, que remiten más a la sensibilidad, por sobre la razón.
Por eso el uso
de las curvas, de las diagonales. Estas características definen el estilo estilístico del barroco. También
son utilizadas hasta el presente.
3) Sentido histórico: Definir el contexto en el cual surge esta producción se debe asociar concretamente
con el siglo XVII y mediados del siglo XVIII en Europa.
Límites discutidos de la periodización, depende de qué aspectos
tomemos, qué límites cronológicos van a tomar.
Hay autores que hunden los orígenes del barroco
considerando una ligazón con el renacimiento y hay quienes conciben el manierismo como un periodo
claramente identificable y que se distingue del barroco.
Distinción importante entre quienes reconocen la
identidad del Arte rococó, que se ubicaría a finales del periodo barroco, de un contexto definido y
distinguido, y quienes lo consideran parte del barroco.
Arnold Hauser hace una distinción del rococó con el barroco.
Problemas cuando intentan periodizar este periodo, mirándolo desde América, la misma categoría de barroco
pensada desde América va a ser problematizada y van a haber autores que van a plantear que, algunas
características o notas particulares del arte barroco van a tener lugar antes del siglo XVII en América.
La
definición histórica va a estar abierta y estar sujeta a la hipótesis de cada autor, pero implica situar en un
tiempo y espacio determinado y establecer vínculos con el contexto, que van a permitir explicar las
características del ambiente cultural que es característico del barroco.
Trabajar este sentido histórico a través del autor John Rupert Martin. Tiene una postura bifronte.
Características de la transformación política, social y espiritual que está atravesando Europa durante el
siglo XVII.
El siglo XVII se lo ve como un siglo de crisis. Después de la transformación económica, y cultural que se
produce en los siglos XV y XVI, en parte por el proceso de conquista y colonización de nuevas tierras.
Denominada “Expansión ultramarina europea”, se centra en un período de, en cierto sentido, de cese,
de freno a ese proceso de expansión. De hecho, el oro y la plata que proviene de América, empiezan a
tener remesas cada vez más reducidas.
España que había sido el país que estaba liderando, va a entrar
en crisis, su posición de centro de la expansión colonial, va a ser disputada por otros países como Francia
e Inglaterra.
Esa crisis española va a estar mostrando en primer plano, la crisis que se va a producir por
el tránsito a una economía capitalista.
Se están conformando una economía-mundo, que articula distintas
partes del mundo occidental y no occidental, en una interdependencia a partir del flujo de personas y no
personas.
Lentamente se está constituyendo una sociedad y una economía en el cual la propiedad
privada va a tener un rol definitorio.
Ese tránsito de la economía capitalista, va a ir de la mano de cambios políticos, sociales y económicos
que, en el S XVII, van a producir en una profunda crisis.
De hecho, en España se vive una serie de
revueltas populares, también en otras partes de Europa.
Pero que ahí se hacen más evidentes, porque el proceso
de transformación económica va a generar una situación de empobrecimiento, de hambrunas, epidemias
que van a ejercer una fuerte presión de los sectores populares para generar un fuerte estallido.
Se produce una importante transformación en términos políticos que va acompañada de la gestación de
la economía capitalista.
Que es el proceso de centralización política, que en algunos lugares (como
España y Francia), va a asumir la forma de Absolutismo Monárquico.
Va a implicar la concentración de
poder en la figura del rey, que va a pasar a tener un estatuto divino, su poder va a tener un origen divino.
Que va a concentrar todas las facultades del poder que va a ir desarrollando lentamente un sistema
burocrático de poder centralizado con una aristocracia, una nobleza que lo acompaña.
Este proceso de
la constitución de las monarquías absolutas y de centralización del poder, va a implicar una profunda
transformación en las relaciones sociales, al interior de los distintos territorios.
También va a implicar el
desarrollo de una política muy particular en torno a las imágenes.
De la mano del absolutismo monárquico, vamos a tener el desarrollo del mercantilismo. Se comprende
que los procesos económicos y políticos están íntimamente ligados.
Este estado que se está
centralizando, va a también a comenzar a centralizar los recursos económicos y el mercantilismo (en
términos sencillos, lo económico empieza a ganar protagonismo mientras que lo político- religioso se empieza ver como algo secundario).
Va a proponer que el estado debe hacerse de la mayor cantidad de metálico para
poder sostenerse como tal, y ese va a ser uno de sus principales objetivos.
Paralelamente van a desarrollarse lo que se denomina “la revolución científica”, van a haber enormes
avances en la astronomía, en la relojería, en distintas técnicas de la navegación, y en las ciencias, que
van a desarrollarse como tales.
Desde el punto de vista filosófico, van a desarrollarse el pensamiento,
por ejemplo, el de René Descartes, que va a ser un pensamiento basal para el racionalismo y para empezar a
sostener que, el conocimiento debe fundarse en la experiencia.
Lentamente se van a constituir las bases
que van a sostener el pensamiento científico, entendido como pensamiento producto del conocimiento
directo del mundo, de la experimentación y de la formulación de teorías.
Cosa que va a resultar cada vez
más contradictoria, respecto del pensamiento de autoridad que primaba de la Edad Media y además, que
va a empezar a contradecir la palabra de las sagradas escrituras que eran hasta el momento indiscutida.
Esa revolución científica va a generar una importante conmoción también en términos prácticos, tanto
que generar consecuencias como facilitar la navegación.
También en términos “espirituales”, porque va
a empezar a conmover los cimientos de las certezas que tienen las personas del mundo en el S XVII.
Esto contribuye también a esta crisis, ya en términos más espirituales, los procesos de Reforma y
Contrarreforma, que vienen desarrollándose en el S XVI.
La reforma que en distintos espacios territoriales y distintas maneras va a empezar a cuestionar los
fundamentos y el funcionamiento de la iglesia católica, y la Contrarreforma que va a ser un proceso de
re-afirmación del dogma católico.
Todo esto atravesado por una modificación profunda de las prácticas
de devoción, tanto en los movimientos de reforma que inician en las prácticas devocionales.
Como en el
movimiento católico que va a implementar una serie de cambios en pos de su autoridad.
Gran parte del
territorio europeo va a pasar a presentar una mayoría de fieles que son protestantes y no católicos.
A partir de todos estos elementos, es donde John Rupert Martin nos va a hablar de una cultura bifronte.
La hipótesis central del autor es que “en el S. XVII, es un siglo en el cual se ha roto un equilibrio, se ha
comenzado a resquebrajar el equilibrio que construía esa cultura renacentista.
Que se basaba en un
diálogo, articulación entre el espíritu y la mentalidad religiosa, y la mentalidad cualitativa, entre una visión
metafísica del mundo y una visión racional del mundo.
En el S XVII, por vía de los avances en la filosofía,
en la ciencia, por las transformaciones que se están viviendo en el ámbito político.
También por las
transformaciones lentamente en la constitución de una economía mundo y una economía capitalista, se
va produciendo el avance de una “fuerza pujante de la ciencia empírica y el debilitamiento de la visión
metafísica del mundo”.
Esto es lo que el autor va a mencionar que es una ruptura del equilibrio y una tensión permanente que
puede reconocer en la cultura del barroco y que puede reconocer del arte.
En definitiva, el barroco es la expresión de una crisis, producida por el choque, por la confrontación cada
vez más fuerte entre una visión metafísica y una visión cuantitativa de la visión del mundo producto del
avance del capitalismo.
¿Qué nos dice el autor?
Que si bien al analizar la cultura del S. XVII de lo que más nos encontramos es
la diversidad y productos culturales que son muy disímiles, lo cual tiene que ver con el desarrollo territorial
de la época, tanto en lo político como económico.
Eso va a dotar a la producción cultural del barroco de
una diversidad enorme, aun así, esta hipótesis central de la tensión entre esas mentalidades metafísicas
y cuantitativas que están en debate en el S. XVII.
Va a dar lugar a que en la cultura barroca, John Rupert
Martin encuentre algunas constantes que describe a partir de una serie de términos:
El naturalismo: Dice que es una de las constantes porque la cultura barroca se caracterizó por
un acercamiento a la naturaleza y a los objetos del mundo, a la manera en la que ya está
marcando el desarrollo científico.
El S. XVII y la ciencia está descubriendo el mundo natural, ese
mundo de los objetos que se lo empieza a conocer a partir de la razón. Se lo empieza a
conocer cada vez más profundamente.
Del mismo modo, es un valor en la cultura del barroco
y en la producción artística, su naturalismo, su verosimilitud, su némesis respecto de los objetos
naturales.
Sentido alegórico: Nos plantea que hay en la cultura del barroco una tendencia, un uso habitual
que tiene que ver con referir a una cosa presentando a otra.
Por ejemplo, vamos a encontrarnos
con muchos cuadros cuyo tema es el Antiguo Testamento, pero que en realidad a través de una
imagen del A. T. están refiriendo a un hecho del Nuevo Testamento.
También sucede en
muchas naturalezas muertas, que si bien se observa una imagen que contiene objetos de la
naturaleza, de la vida cotidiana.
Esa imagen sirve para referir a una idea que estaría por fuera
de la imagen, se utilizaría para referir a otros sentidos que están por fuera de lo literal.
Entre ese naturalismo, esa pretensión de verosimilitud, llevada hasta el extremo porque las
obras barrocas son profundamente naturalistas, muy miméticas.
El sentido alegórico está
funcionando entre esta tensión de lo metafísico, lo que está más allá, lo que está por fuera de
lo que puede ser observable y aquello que puede ser observable y reconocible por encima de
los sentidos.
Las pasiones del alma: En la producción artística barroca, hay un interés muy fuerte en
representar los estados psicológicos del ser humano, los distintos momentos, las distintas
experiencias.
Con manifestar, el estado mental y emocional de esos personajes que son
representados de un modo cada vez más detallado.
Además, de un modo que permita generar
una empatía y un contacto con el espectador que está observando esa representación.
Esto
tiene que ver por un lado, con el proceso de que de alguna manera va de la mano de la
constitución de un pensamiento racional y de un nuevo modo de conocer el mundo.
Cada vez
más profundamente a través de la razón, pero que también está relacionado con las intensas
experiencias psicológicas que caracterizan este período.
Que se puede ver en la experiencia
religiosa, es un momento en el cual la experiencia religiosa se relaciona con un misticismo
muy fuerte.
Es una experiencia muy patente en la vida de las personas, al punto de que va a
generar discusiones y transformaciones tan enormes como las que proponen la Reforma y la
Contrarreforma.
El espacio infinito y co-extenso: Producto del desarrollo científico de la época, comienza a
desarrollarse la noción de “espacio infinito”, se empieza a reconocer la cualidad del espacio, y
esto va a ser representado de distintas maneras en el arte barroco.
En la arquitectura, en el
urbanismo, va a ser una constante en la producción cultural del período barroco.
También se
va a ver la idea del “espacio extenso”, y tiene que ver con convocar al espectador a ser parte
de la obra.
El espacio coextenso es la técnica por la cual la obra artística invade el espacio del
espectador. De alguna manera, hace que el espectador esté un poco dentro de ella.
Está
íntimamente relacionada con el hecho de que la obra va a apelar a las emociones, va a apelar
a convocar y a comprometer profundamente al espectador que tiene en frente.
También con
esta concepción de infinitud y de integración de los distintos objetos, que subyacen en términos
filosóficos detrás de esta noción de espacio.
Tiempo y movimiento: Sugestión del paso del tiempo y sugestión del movimiento. Hay una
preocupación constante en el barroco que tiene que ver con el paso del tiempo, con la
transformación, y esto se representa en las obras.
Si bien las obras en la mayoría de los casos
no tienen movimiento, en forma autónoma, propia, sus técnicas conllevan a desarrollar
imágenes u obras arquitectónicas que tienen un espacio estático. En ellas se va a sugerir y se
va a invitar al movimiento, y se va a sugerir el paso del tiempo y las transformaciones.
La luz: Va a tener un tratamiento naturalista, pero también va a estar cargada de significaciones
sobrenaturales.
Se ve bien expresada esta tensión del mundo metafísico, (interpretación
metafísica del mundo) y una interpretación real del mundo. Se van a ver como una constante
en todo el arte del S XVII.
Queridos lectores, si les gusto lo que escribí pueden contribuir, muchas gracias.
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