El 2 de enero de 1992, España alcanzó un logro clave en su integración europea: la libre circulación de trabajadores dentro de la Comunidad Económica Europea (CEE) entró en vigor con un año de antelación sobre lo previsto en el Tratado de Adhesión (1985).
Este avance permitió a los ciudadanos españoles trabajar y residir sin restricciones en cualquier país miembro, marcando un antes y después en las oportunidades laborales y la movilidad europea.
Contexto: España consolida su lugar en Europa
- 1986: España había ingresado en la CEE (junto con Portugal), iniciando un proceso de modernización económica y social.
- El Tratado preveía un período transitorio de 7 años para la libre circulación de trabajadores, pero la rápida adaptación española aceleró el plazo.
- Factores como el crecimiento económico y la presión migratoria (muchos españoles ya trabajaban en Europa de forma irregular) impulsaron la medida.
Impacto inmediato
- Oportunidades laborales: Miles de españoles pudieron emigrar legalmente a países como Alemania, Francia o Bélgica, donde ya existían comunidades de trabajadores.
- Reconocimiento de derechos: Acceso a seguridad social, pensiones y condiciones laborales igualitarias en toda la CEE.
- Símbolo de igualdad: España dejaba atrás su estatus de "socio pobre" para integrarse plenamente en el mercado común.
Legado: Movilidad y ciudadanía europea
- Este paso fue crucial para la construcción de la UE actual, donde la libre circulación es un pilar fundamental (Tratado de Maastricht, 1993).
- Hoy, millones de españoles viven y trabajan en otros países de la UE, y España recibe a su vez a trabajadores europeos.
- La medida demostró que la integración no era solo económica, sino también social.
En conclusión, aquel 2 de enero de 1992 no fue solo un cambio legal: fue la materialización de un sueño de prosperidad y apertura.
España, que había salido tarde del aislamiento franquista, se convertía en un actor más de la Europa sin fronteras. Un triunfo de la cooperación que hoy damos por sentado, pero que transformó vidas.
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