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viernes, 22 de agosto de 2025

Batalla de Francia




La Batalla de Francia, librada entre el 10 de mayo y el 25 de junio de 1940, fue una de las campañas militares más decisivas, relámpago y catastróficas de toda la Segunda Guerra Mundial, que resultó en la aplastante victoria de la Alemania Nazi y la consiguiente ocupación de Francia y los Países Bajos. 


El conflicto enfrentó a las potencias del Eje, principalmente Alemania, comandada por Adolf Hitler y sus generales como Von Brauchitsch y Von Rundstedt, con el audaz plan estratégico del General Erich Von Manstein, contra una coalición aliada compuesta por Francia, el Reino Unido, Bélgica, los Países Bajos y Luxemburgo.


Cuyas fuerzas combinadas, aunque numéricamente similares en hombres y tanques, sufrían de doctrinas obsoletas, un mando dividido y una peligrosa complacencia estratégica tras los meses de la "Guerra Falsa" (Drôle de Guerre o Sitzkrieg).


La campaña comenzó con una feroz ofensiva alemana el 10 de mayo de 1940, rompiendo la estática guerra. Alemania ejecutó una versión perfeccionada de la guerra relámpago o Blitzkrieg, pero con una innovación estratégica crucial: el Sichelschnitt ("corte de hoz"), ideado por Von Manstein. 


Mientras el Grupo de Ejércitos B alemán invadía los Países Bajos y Bélgica en un masivo movimiento de distracción, replicando el viejo Plan Schlieffen de la Primera Guerra Mundial y atrayendo así a lo mejor de las fuerzas aliadas (incluido el British Expeditionary Force o BEF) hacia Bélgica en una trampa premeditada. 


El verdadero golpe de gracia llegó a través de las escarpadas y densamente arboladas Ardenas, consideradas por los Aliados como un obstáculo infranqueable para tanques. 


El Grupo de Ejércitos A de Von Rundstedt, concentrando la abrumadora mayoría de las divisiones Panzer alemanas (Guderian, Rommel), atravesó el débil frente francés en Sedán con una velocidad y una potencia de fuego devastadoras, cruzó el río Mosa y luego se dirigió a toda velocidad hacia el Canal de la Mancha.


Este avance relámpago a través de las Ardenas y la posterior ruptura en Sedán cortó efectivamente en dos el despliegue aliado. Para el 20 de mayo, las divisiones Panzer de Guderian habían alcanzado la costa en Abbeville, rodeando a más de un millón de soldados aliados en un vasto bolsón en el norte de Francia y Bélgica. 


La superioridad aérea alemana, conseguida gracias a la Luftwaffe y a la negativa aliada de priorizar la aviación de combate y el apoyo táctico, fue absoluta y resultó decisiva, hostigando constantemente las líneas de suministro y las columnas de refugiados, e inmovilizando a las fuerzas aliadas. 


La des-coordinación y el pánico cundieron en el alto mando aliado, mientras las fuerzas cercadas, incluido el BEF, se vieron forzadas a una desesperada retirada hacia el único puerto que aún permanecía en su poder: Dunkerque. 


La posterior Operación Dinamo, entre el 26 de mayo y el 4 de junio, logró la evacuación milagrosa de más de 338,000 soldados británicos y franceses hacia Inglaterra, pero fue una retirada humillante que dejó atrás todo su equipo pesado y selló el destino de la campaña en el norte.


Con el norte resuelto, los alemanes lanzaron la segunda fase de su ofensiva, Fall Rot (Caso Rojo), el 5 de junio, girando sus divisiones hacia el sur para conquistar el resto de Francia. 


La línea defensiva francesa, ya fracturada moral y materialmente, y carente de sus mejores unidades perdidas en el norte, se derrumbó bajo el implacable avance alemán. París fue declarada ciudad abierta y ocupada sin lucha el 14 de junio, un golpe simbólico devastador. 


Mientras tanto, el 10 de junio, Italia declaró la guerra a Francia y al Reino Unido, intentando aprovechar la derrota aliada para obtener ganancias territoriales, aunque su ofensiva en los Alpes fue contenida con facilidad por los franceses. 


El gobierno francés, desmoralizado y dividido, huyó a Burdeos y el primer ministro Paul Reynaud dimitió, siendo reemplazado por el mariscal Philippe Pétain, héroe de la Primera Guerra Mundial, quien inmediatamente solicitó un armisticio. 


El acuerdo se firmó el 22 de junio de 1940 en el mismo vagón de tren en Compiègne donde se había firmado el armisticio alemán de 1918, por una humillante exigencia de Hitler. Entró en vigor el 25 de junio, terminando oficialmente las hostilidades.


Las consecuencias de la Batalla de Francia fueron profundas y transformaron por completo la Segunda Guerra Mundial. Francia fue dividida: el norte y la costa atlántica bajo ocupación militar alemana directa, y el sur en la llamada "Zona Libre" bajo el gobierno títere de Vichy del mariscal Pétain. 


Las pérdidas humanas fueron enormes: se estima que los franceses sufrieron alrededor de 90,000 muertos, 200,000 heridos y 1.8 millones de prisioneros de guerra, mientras que las bajas alemanas, aunque significativas (aproximadamente 45,000 muertos y 110,000 heridos), fueron sorprendentemente bajas para una victoria de tal magnitud. 


La campaña dejó al Reino Unido solo frente a la Alemania Nazi, iniciando la crucial Batalla de Inglaterra. Militarmente, la Blitzkrieg se consagró como la doctrina dominante, demostrando la superioridad de la movilidad, la concentración de fuerzas acorazadas y el poder aéreo táctico sobre las defensas estáticas como la Línea Maginot, que fue flanqueada y resultó completamente irrelevante. 


Políticamente, elevó a Hitler a la cúspide de su poder y convenció a muchos de la invencibilidad del Tercer Reich, al tiempo que sembró las semillas del futuro movimiento de la Francia Libre liderado por el hasta entonces poco conocido General Charles de Gaulle, quien desde Londres se negó a aceptar la derrota.




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