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domingo, 24 de agosto de 2025

Operación Sonnenblume



La Operación Sonnenblume (Girasol), desarrollada entre el 6 de febrero y el 25 de mayo de 1941, fue la intervención de emergencia del Afrika Korps alemán en el teatro del Norte de África para rescatar a su aliado italiano de una derrota catastrófica a manos de las fuerzas británicas y de la Commonwealth. 


Una intervención que, aunque inicialmente concebida como una fuerza de contención limitada, transformaría por completo la campaña del desierto en un prolongado, desgastante y crucial frente de la Segunda Guerra Mundial. 


El contexto inmediato de la operación fue la desastrosa situación del Regio Esercito italiano tras la ofensiva británica de la Operación Compass (diciembre de 1940-febrero de 1941), que había barrido con el 10º Ejército italiano, capturando más de 130,000 prisioneros y dejando a las exhaustas y sobre extendidas fuerzas del general británico Archibald Wavell a las puertas de la Tripolitania, la última provincia italiana en Libia, con el camino aparentemente despejado para la conquista total del país.


Ante la inminente capitulación de todas las fuerzas italianas en el norte de África y la perspectiva de una derrota que habría expulsado al Eje del continente, Adolf Hitler, aunque reacio a desviar recursos de la planeada invasión de la Unión Soviética, se vio obligado a actuar para evitar un colapso estratégico y político de su principal aliado. 


El 6 de febrero de 1941, emitió la directiva que ordenaba el envío de un "bloqueo de contención" (Sperrverband) a Libia, una fuerza acorazada inicialmente compuesta por la 5ª División Ligera (posteriormente redesignada como 21ª División Panzer) y la 15ª División Panzer, todas bajo el mando de un general entonces poco conocido pero extremadamente competente y audaz: Erwin Rommel. 


La misión inicial de Rommel era puramente defensiva: estabilizar el frente y defender la posición de la ciudad portuaria de Trípoli. Sin embargo, Rommel, dotado de una iniciativa e intuición táctica excepcionales, interpretó sus órdenes de la manera más amplia posible. 


Tras desembarcar en Trípoli el 12 de febrero, comprendió inmediatamente que la aparente debilidad británica, derivada del traslado de sus mejores unidades a Grecia para hacer frente a la invasión alemana de los Balcanes, ofrecía una oportunidad única para una contraofensiva audaz. 


Ignorando las cautelosas directivas de sus superiores en Berlín y Roma, y desplegando una mezcla de astucia y bluff magistrales (ordenó fabricar tanques falsos montados sobre automóviles para aparentar una fuerza muy superior a la real), Rommel lanzó un ataque de reconocimiento en fuerza el 24 de marzo que rápidamente se convirtió en una ofensiva general al ver la rápida retirada británica. 


Su táctica fue un clásico de la guerra de movimientos en el desierto: movimientos de flanqueo rápidos y profundos con sus unidades acorazadas, aprovechando la ventaja cualitativa de sus Panzers III y IV sobre los tanques británicos más ligeros, y manteniendo una presión constante que impedía al enemigo reorganizarse.


La ofensiva relámpago de Rommel, ejecutada con una velocidad que dejó atónitos tanto a los británicos como a sus propios superiores italianos y alemanes, barrió toda la Cirenaica en cuestión de semanas. 


Las fuerzas británicas, desorganizadas, mal comandadas tras el relevo de Wavell y carentes de una defensa cohesionada, fueron empujadas hacia el este en desorden. El puerto crucial de Bengasi cayó el 4 de abril, y para el 11 de abril, el Afrika Korps había llegado a la frontera egipcia, aislando al puerto-fortaleza australiano de Tobruk, que quedó sitiado y se convertiría en un símbolo de la resistencia aliada. 


La Operación Sonnenblume había concluido con un éxito espectacular, habiendo revertido por completo la situación estratégica en el Norte de África. El avance alemán solo se detuvo finalmente en la Línea de Gazala, al oeste de Tobruk, y en la frontera egipcia, agotado por la extrema longitud de sus líneas de suministro y la tenaz defensa de Tobruk, que ancló a las fuerzas del Eje y les negó un puerto vital.


La operación, que terminó oficialmente con la estabilización del frente a finales de mayo, tuvo consecuencias estratégicas de gran alcance. Rommel, ascendido a comandante del recién bautizado Panzerarmee Afrika, se convirtió en una leyenda, el "Zorro del Desierto", forjando un mito de invencibilidad que elevaría la moral alemana y preocuparía profundamente a los Aliados durante los dos años siguientes. 


Estratégicamente, la intervención alemana convirtió el Norte de África de un conflicto periférico en un frente principal que consumiría ingentes recursos de ambos bandos. Para el Reino Unido, la pérdida de la Cirenaica y el asedio de Tobruk supusieron un severo revés que extendió sus ya tensas líneas de suministro, ahora dependientes del largo viaje alrededor del Cabo de Buena Esperanza. 


Sin embargo, el éxito de Rommel también sembró las semillas de futuros problemas para el Eje: sus líneas de suministro, que se extendían desde Trípoli hasta la frontera con Egipto, eran extremadamente vulnerables a los ataques aéreos y navales británicos desde Malta, y el compromiso alemán en África desvió fuerzas valiosas del inminente y decisivo frente oriental. 


La Operación Sonnenblume, por tanto, no solo salvó a los italianos de la derrota, sino que abrió un nuevo y extenso capítulo en la guerra, fijando el escenario para las futuras y épicas batallas de Gazala, El Alamein y la eventual expulsión del Eje del continente africano.




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