San Vicente María Strambi (Civitavecchia, 1 de enero de 1745 – Roma, 1 de enero de 1824) fue un sacerdote y religioso italiano, primer miembro de la Congregación de los Pasionistas en ocupar una sede episcopal.
Hombre de profunda espiritualidad, firme carácter y gran oratoria, se convirtió en una figura destacada de la Iglesia durante tiempos convulsos, como las guerras napoleónicas. Fue canonizado en 1950 por el papa Pío XII.
Primeros años
Nacido como Vicente Dominic Salvatore Strambi, fue el menor de cuatro hermanos. Su infancia estuvo marcada por la pérdida temprana de sus tres hermanos y por la influencia de una madre profundamente piadosa y un padre farmacéutico.
De niño travieso y enérgico, su carácter fue madurando con los años. Su educación comenzó en el entorno franciscano, donde se fue empapando de los principios del catecismo.
Aunque sus padres no veían con buenos ojos su vocación, Vicente ingresó al seminario en 1762. Allí se sintió atraído por la vida religiosa, aunque sus primeras solicitudes fueron rechazadas por los Capuchinos y los Vicentinos.
Dotado de elocuencia, fue enviado a estudiar teología en Viterbo, con maestros dominicos. Siendo aún seminarista, fue nombrado prefecto en Montefiascone y más tarde rector del seminario de Bagnorea.
Ingreso en los Pasionistas
Antes de ser ordenado sacerdote, se retiró al monasterio de Vetralla, donde conoció al fundador de los Pasionistas, San Pablo de la Cruz. Impresionado por la espiritualidad de la congregación, pidió ser admitido, pero fue inicialmente rechazado.
Fue ordenado en diciembre de 1767 y continuó sus estudios en Roma, donde profundizó en el pensamiento de Santo Tomás de Aquino.
Persistente en su vocación, logró finalmente ingresar en los Pasionistas en septiembre de 1768, adoptando el nombre de Vicente María de San Pablo.
Fue un estudioso incansable de los Padres de la Iglesia, y en 1773 fue nombrado profesor de teología en la casa pasionista de Roma. Presenció la muerte de San Pablo de la Cruz y posteriormente escribió su biografía, publicada en Londres.
Durante la ocupación napoleónica, fue arrestado por las fuerzas francesas en 1799 y obligado a abandonar Roma, aunque regresó al año siguiente.
Obispo de Macerata y Tolentino
En 1801, fue nombrado obispo de Macerata y Tolentino, convirtiéndose en el primer pasionista en recibir esa dignidad. Aunque aceptó el cargo, nunca abandonó el espíritu austero de su congregación y continuó usando el hábito pasionista en privado.
Se preocupó especialmente por la formación del clero, dando clases en los seminarios, y por las obras de caridad, promoviendo la creación de orfanatos y casas de acogida.
Su firmeza quedó demostrada en 1809, cuando Napoleón anexó Macerata al Imperio francés. Vicente se negó a obedecer las órdenes de los ocupantes, entre ellas la lectura del decreto imperial en las iglesias o la entrega de una lista de hombres aptos para el servicio militar. Esto le valió un decreto de arresto, por lo que tuvo que huir a Mantua.
Regresó a su diócesis en 1814, tras la caída del régimen napoleónico. Allí trabajó por la reconstrucción espiritual y moral de la población. En 1817, cuando las tropas francesas regresaron brevemente, protegió a sus feligreses, intercediendo ante el general Joachim Murat para evitar una masacre en la ciudad.
Últimos años y muerte
En 1823, ya anciano, se retiró con permiso del papa León XII, fijando su residencia en el Palacio del Quirinal. Allí logró algo impensado: recondujo a la fe católica a Paulina Bonaparte, hermana de Napoleón.
Poco antes de morir, ofreció su vida en oración para que el papa enfermo recuperara la salud. Su oración fue escuchada. El pontífice se curó, mientras que Vicente murió el 1 de enero de 1824, justo al cumplir 79 años.
Canonización y legado
Fue beatificado en 1925 por Pío XI y canonizado en 1950 por Pío XII. Sus reliquias fueron trasladadas en 1957 a la Iglesia de San Felipe de Macerata, donde hoy son veneradas.
San Vicente María Strambi es recordado como un ejemplo de valentía, caridad, firmeza doctrinal y fidelidad a su vocación, incluso en medio de la persecución política y la guerra.
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