El 1 de enero de 2001, El Salvador vivió uno de los cambios económicos más significativos de su historia contemporánea: el dólar estadounidense entró en circulación oficial como moneda de curso legal, en un proceso conocido como dolarización.
Esta medida, impulsada por el entonces presidente Francisco Flores, transformó radicalmente el sistema monetario del país y generó un intenso debate que persiste hasta el presente.
¿Qué es la dolarización?
La dolarización es el proceso mediante el cual un país abandona su moneda nacional y adopta oficialmente el dólar estadounidense como medio de pago legal.
En el caso salvadoreño, esto implicó que el colón, moneda nacional desde 1892, dejara de emitirse y comenzara a ser desplazado por el dólar. Aunque inicialmente se estableció un régimen de doble circulación (colón y dólar), en la práctica el colón desapareció rápidamente del uso cotidiano.
Contexto político y económico
A finales de los años 90, El Salvador atravesaba un período de relativa estabilidad política tras la firma de los Acuerdos de Paz de 1992, que pusieron fin a una cruenta guerra civil de más de una década. Sin embargo, los desafíos económicos seguían siendo enormes:
- Alta dependencia de las remesas enviadas desde Estados Unidos, que representaban una fuente crucial de ingresos para muchas familias.
- Inflación relativamente baja, pero con tasas de interés elevadas.
- Falta de confianza en la moneda local y escaso acceso al crédito.
- Necesidad de atraer inversión extranjera y modernizar el sistema financiero.
Fue en ese escenario que el gobierno de Francisco Flores, del partido ARENA (Alianza Republicana Nacionalista), propuso la dolarización como una estrategia para fortalecer la economía, estabilizar los precios, reducir el riesgo cambiario y generar confianza en los mercados internacionales.
La Ley de Integración Monetaria
La dolarización se oficializó mediante la Ley de Integración Monetaria, aprobada en diciembre de 2000. La ley estableció:
- La paridad fija de 1 dólar = 8.75 colones.
- La circulación simultánea del colón y del dólar como monedas legales.
- La sustitución progresiva del colón, sin necesidad de una reforma constitucional.
- La autonomía del Banco Central de Reserva, que dejó de emitir moneda y se concentró en funciones de regulación financiera.
Ventajas y promesas
El gobierno salvadoreño argumentó que la dolarización traería los siguientes beneficios:
1. Estabilidad macroeconómica: al no poder emitir moneda, se limitaría el riesgo inflacionario.
2. Reducción de tasas de interés, lo que facilitaría el acceso al crédito.
3. Confianza de inversionistas extranjeros.
4. Mayor integración comercial y financiera con Estados Unidos, el principal socio económico de El Salvador.
5. Facilitación de remesas, ya que los dólares enviados desde EE. UU. ya no necesitarían ser cambiados.
Críticas y controversias
Pese a las promesas, el proceso fue ampliamente cuestionado por sectores académicos, sociales y políticos. Algunas críticas recurrentes fueron:
- Ausencia de consulta popular: se implementó sin plebiscito ni mayor discusión parlamentaria.
- Pérdida de soberanía monetaria: el país quedó sin control sobre su política monetaria, dependiendo completamente de las decisiones de la Reserva Federal estadounidense.
- Redondeo al alza de precios en la conversión, lo que afectó el poder adquisitivo de los sectores más vulnerables.
- Impacto en el ahorro en colones, que fue congelado y convertido a dólares con cierta desconfianza.
- Mayor vulnerabilidad ante choques externos, sin posibilidad de devaluación para estimular la economía.
El adiós al colón
Aunque la ley preveía la coexistencia de ambas monedas, el colón fue rápidamente desplazado por el dólar en los primeros meses de 2001.
La población, los bancos y los comercios adoptaron masivamente el billete verde, por lo que, en la práctica, el colón dejó de circular y se convirtió en una reliquia del pasado, visible solo en colecciones numismáticas o como símbolo nacional.
Impactos a largo plazo
Los efectos de la dolarización aún son tema de debate. Algunos análisis sostienen que contribuyó a:
- Mantener baja inflación, con tasas promedio inferiores al 3% durante años.
- Facilitar las transacciones comerciales internacionales.
- Generar mayor confianza en el sistema bancario.
Sin embargo, otros argumentan que también trajo consecuencias negativas:
- Crecimiento económico modesto y desigual.
- Falta de herramientas para responder a crisis económicas, como ocurrió en la crisis mundial de 2008 o la pandemia de COVID-19.
- Aumento de la desigualdad social, al no haber acompañado la dolarización con una estrategia sólida de redistribución o protección social.
Una experiencia única en Centroamérica
El Salvador fue el primer país de América Latina en dolarizar completamente su economía, y su ejemplo fue observado con atención por otras naciones de la región.
A diferencia de Panamá, que ya utilizaba el dólar desde principios del siglo XX, El Salvador vivió una transición planificada, con consecuencias muy distintas y todavía objeto de análisis por economistas y sociólogos.
Conclusión
La entrada en circulación del dólar en El Salvador el 1 de enero de 2001 marcó un giro histórico en la política económica nacional. Para muchos, fue una apuesta audaz por la estabilidad y la integración global.
Para otros, una renuncia peligrosa a la soberanía financiera. Más de dos décadas después, el debate sigue abierto, pero lo que nadie discute es que aquella decisión configuró profundamente la economía salvadoreña del siglo XXI.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario