El 1 de enero de 1975, entró en vigor en Suecia una nueva Constitución que modernizó el sistema político del país y consolidó su democracia parlamentaria. Con esta reforma, Suecia dejó atrás su estructura de monarquía constitucional con amplios poderes para el rey y se convirtió en una monarquía parlamentaria, donde el poder político residía exclusivamente en el Parlamento (Riksdag) y el Gobierno.
Este cambio marcó un punto de inflexión en la historia política sueca, alineando su sistema con los principios democráticos modernos y reduciendo significativamente el papel del rey en los asuntos de Estado.
Antecedentes: el camino hacia la reforma constitucional
Antes de 1975, la Constitución sueca estaba basada en cuatro documentos fundamentales:
1. Instrumento de Gobierno de 1809 (Regeringsformen), que establecía la separación de poderes y otorgaba un rol activo al monarca en el gobierno.
2. Acta de Sucesión de 1810, que regulaba la monarquía y la línea de sucesión.
3. Acta de Libertad de Prensa de 1949, que protegía la libertad de expresión.
4. Acta de Riksdag de 1866, que definía el sistema parlamentario.
Sin embargo, en el siglo XX, Suecia experimentó una evolución política que llevó a la necesidad de una reforma constitucional profunda. A partir de la década de 1960, el país había fortalecido su democracia parlamentaria de facto, pero la Constitución aún otorgaba al monarca un papel en el proceso legislativo y de gobierno. Para modernizar el sistema, se inició un proceso de reforma constitucional en 1965, que culminó con la aprobación de la nueva Ley de Instrumento de Gobierno en 1974, la cual entró en vigor el 1 de enero de 1975.
Principales cambios de la nueva Constitución
La Constitución de 1975 trajo consigo transformaciones clave en el sistema político sueco, entre ellas:
1. Reducción del papel del monarca
- El rey perdió toda influencia en el gobierno y la política.
- Se eliminó su capacidad de nombrar al Primer Ministro y sancionar leyes.
- Desde entonces, el monarca solo cumple funciones ceremoniales y representativas.
2. Refuerzo del parlamentarismo
- El Parlamento (Riksdag) se convirtió en la máxima autoridad legislativa del país.
- El Primer Ministro pasó a ser elegido directamente por el Parlamento y ya no por el rey.
- Se estableció el principio de soberanía popular, consolidando la democracia representativa.
3. Ampliación de los derechos y libertades
- Se reforzaron los derechos fundamentales de los ciudadanos, como la libertad de expresión, de prensa y de asociación.
- Se garantizó la igualdad de género y la protección de las minorías.
- Se estableció que todas las decisiones gubernamentales deben ser públicas y accesibles a los ciudadanos.
Impacto y legado
La entrada en vigor de la nueva Constitución consolidó a Suecia como un modelo de democracia parlamentaria en Europa. Desde entonces, el país ha sido reconocido por su transparencia gubernamental, estabilidad política y respeto a los derechos humanos.
Además, la reforma constitucional de 1975 allanó el camino para futuros avances, como:
- La reforma de la ley de sucesión en 1980, que permitió que las mujeres pudieran heredar el trono.
- El fortalecimiento del estado de bienestar, con políticas progresistas en salud, educación y derechos laborales.
Conclusión
La adopción de la Constitución de 1975 en Suecia marcó el inicio de una nueva era política, consolidando un modelo de democracia parlamentaria moderna donde la soberanía reside en el pueblo. Esta reforma no solo re-definió el papel del monarca, sino que también garantizó una mayor protección de los derechos ciudadanos y fortaleció las instituciones democráticas del país.
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