El 1 de enero de 1974, España y Marruecos firmaron un acuerdo pesquero bilateral, permitiendo a 200 barcos españoles faenar en las aguas próximas a la costa marroquí. Este tratado representó un paso clave en las relaciones económicas entre ambos países y tuvo un impacto significativo en la industria pesquera española, especialmente en comunidades costeras como Galicia, Andalucía y Canarias.
Contexto del acuerdo
Desde hacía décadas, la pesca en las aguas del Atlántico próximas a Marruecos había sido fundamental para la flota española, que dependía de estos caladeros para mantener su producción y empleo. Sin embargo, con el proceso de descolonización del norte de África y el fortalecimiento de la soberanía marítima de Marruecos tras su independencia en 1956, el acceso de los pesqueros españoles a estas aguas se volvió un tema de negociación diplomática.
A comienzos de los años 70, Marruecos comenzó a regular más estrictamente la actividad pesquera en su Zona Económica Exclusiva (ZEE), lo que llevó a la necesidad de un acuerdo que garantizara los derechos de pesca para la flota española, a cambio de concesiones económicas y técnicas por parte de España.
Detalles del acuerdo
El tratado permitió a 200 barcos españoles pescar en aguas marroquíes bajo ciertas condiciones:
- Duración del acuerdo: Se estableció por un periodo determinado, sujeto a revisiones y renovaciones.
- Condiciones de pesca: Se regulaban las especies permitidas, las temporadas de captura y las cuotas pesqueras.
- Compensación económica: España debía pagar a Marruecos una cantidad en concepto de derechos de explotación de sus recursos pesqueros.
- Cooperación técnica: Se incluyeron cláusulas de colaboración en materia pesquera, incluyendo la formación de marineros marroquíes y el desarrollo de infraestructuras pesqueras en Marruecos.
Impacto del acuerdo
La firma del tratado benefició principalmente a la flota española, que pudo mantener su nivel de capturas sin restricciones severas y garantizar el abastecimiento de pescado para el mercado español. Sin embargo, también generó tensiones políticas y económicas, ya que algunos sectores marroquíes consideraban que el acuerdo favorecía en exceso a España.
A largo plazo, los acuerdos pesqueros entre ambos países se convirtieron en una práctica común, con sucesivas renovaciones y re-negociaciones en los años posteriores. La relación pesquera entre España y Marruecos siguió siendo un tema clave dentro de las negociaciones diplomáticas, incluso después de la entrada de España en la Unión Europea en 1986, lo que llevó a la mediación de Bruselas en los acuerdos pesqueros con Marruecos.
Este tratado de 1974 marcó el inicio de una relación pesquera estratégica que, con sus altibajos, ha perdurado durante décadas, reflejando la interdependencia económica y diplomática entre ambos países.
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