El 1 de enero de 1923, la ciudad de Guatemala fue testigo de un momento histórico en el mundo deportivo: la selección mexicana de fútbol disputó su primer partido internacional oficial. Enfrentándose al equipo anfitrión, México demostró su habilidad y determinación, obteniendo una victoria contundente por 5-2.
Este encuentro marcó el inicio de la trayectoria internacional del fútbol mexicano, un deporte que apenas comenzaba a consolidarse en el país como una pasión nacional. Con un estilo de juego rápido y creativo, los mexicanos dejaron una huella imborrable en esta primera aparición fuera de sus fronteras, mostrando al mundo su potencial en el balompié.
La alineación mexicana incluyó a jugadores que, con el tiempo, se convertirían en leyendas locales, como Rafael Garza Gutiérrez y otros pioneros que pusieron los cimientos del desarrollo del fútbol en el país. Por su parte, la selección guatemalteca también mostró su calidad, haciendo de este enfrentamiento un espectáculo digno de recordar.
Este primer rugido internacional no solo abrió las puertas al reconocimiento del fútbol mexicano en el panorama mundial, sino que también fue el inicio de una rica historia de competencias y rivalidades que perduran hasta nuestros días.
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