1. Contexto: El Sistema Bismarckiano en su Cenit
Para 1890, Otto von Bismarck, "Canciller de Hierro", llevaba 28 años siendo el arquitecto de la política alemana y por decantación europea. Su obra maestra era un complejo sistema de alianzas diseñado con un solo objetivo primordial: aislar a Francia y asegurar la hegemonía alemana en un continente estable. Este sistema descansaba sobre tres pilares:
1. La Alianza Dual con Austria-Hungría (1879): La piedra angular, que garantizaba un aliado contra Rusia.
2. La Liga de los Tres Emperadores (Dreikaiserbund, 1881): Un acuerdo tripartito con Austria y Rusia para neutralizar rivalidades en los Balcanes y aislar a Francia.
3. El Tratado de Reaseguro con Rusia (1887): Un pacto secreto que complementaba la alianza austriaca, comprometiéndose a la neutralidad rusa en caso de un ataque francés y alemana en caso de un ataque austriaco a Rusia. Era el elemento de equilibrismo genial que evitaba que Rusia se acercara a Francia.
Este sistema era intrínsecamente frágil, un malabarismo diplomático que solo la experiencia, la autoridad y la mano maestra de Bismarck podía mantener.
2. La Causa Profunda: El "Nuevo Curso" (Der Neue Kurs) y el Conflicto de Poder
La destitución no fue un mero capricho personal, sino la colisión entre dos visiones diametralmente opuestas de Alemania y su papel en el mundo.
La Visión de Bismarck: Una potencia continental saturada, cuya seguridad dependía de la estabilidad y el equilibrio. Abogaba por una política exterior cautelosa (Realpolitik), evitando aventuras coloniales costosas que pudieran alienar a Gran Bretaña, y manteniendo a Rusia en su órbita a toda costa. Su política interior era autoritaria pero pragmática, cooptando a los socialistas con un estado de bienestar pionero, aunque algo tosco.
La Visión de Guillermo II: Un joven Káiser (llegó al trono en 1888) que encarnaba la ambición desbordada, la inseguridad y el culto al poder personal. Su "Nuevo Curso" buscaba una "Weltpolitik" (política mundial): Alemania debía reclamar su "lugar bajo el sol" como potencia naval, colonial y económica global.
Esta visión era incompatible con el delicado equilibrio de Bismarck, ya que antagonizaba automáticamente a Gran Bretaña (con la rivalidad naval) y requería una lealtad incondicional del canciller, algo que el independiente Bismarck nunca ofrecería.
El conflicto estalló en febrero de 1890 sobre un tema aparentemente doméstico: la renovación de las Leyes Anti-socialistas. Bismarck quería provocar una crisis para reprimir a la oposición; Guillermo II, buscando popularidad, se negó.
La cuestión de fondo era el control: ¿quién gobernaba Alemania, el Káiser o el Canciller? Guillermo II exigió la dimisión, y Bismarck, tras 28 años, la presentó el 18 de marzo de 1890.
3. Consecuencias Inmediatas: El Desmontaje del Sistema
Las repercusiones geopolíticas fueron rápidas y catastróficas para la paz europea a largo plazo.
El Error Fatal: No Renovar el Tratado de Reaseguro (1890): El nuevo canciller, Leo von Caprivi, siguiendo las órdenes del Káiser y el asesoramiento de funcionarios que desconfiaban de Rusia, dejó caducar el Tratado de Reaseguro en junio de 1890. Fue la decisión estratégica más desastrosa de la era pre-bélica. Sin este vínculo secreto, Rusia se sintió rechazada, amenazada y aislada.
La Forja de la Alianza Franco-Rusa (1891-1894): La consecuencia fue inevitable. La república francesa, aislada desde 1871, encontró en el zarismo autocrático, su antítesis ideológica, un aliado por necesidad.
Los préstamos franceses fluyeron hacia San Petersburgo y se firmó una alianza militar defensiva en 1894. El peor temor de Bismarck una guerra en dos frentes se hizo posible por primera vez. El continente se dividió en dos bloques potenciales.
El Inicio del "Cerco" Percibido: Alemania, al perder a Rusia, se quedó únicamente con Austria-Hungría (e Italia, un aliado poco fiable). Cuando, años después, Gran Bretaña se acercó a Francia (Entente Cordiale, 1904) y luego a Rusia (1907), Guillermo II y sus cancilleres interpretaron esto no como una reacción a su agresiva Weltpolitik, sino como la confirmación de un "cerco" (Einkreisung) malévolo, cuya semilla se plantó en 1890 con el abandono de Rusia.
4. Consecuencias a Largo Plazo: La Lógica Hacia 1914
La destitución de Bismarck y la adopción del Nuevo Curso iniciaron una cadena causal imparable:
1. La Inestabilidad Crónica: Sin el árbitro experimentado, la política exterior alemana se volvió errática, impulsiva y reactiva, alternando entre bravuconadas y pánico, como se vio en las crisis marroquíes.
2. La Carrera Naval y el Antagonismo Británico: La Weltpolitik requirió una gran flota. La Ley de Flota de Tirpitz (1898, 1900) desencadenó una costosa carrera de armamentos navales con Gran Bretaña, transformando a la potencia que Bismarck quería como amiga en su rival irreconciliable.
3. La Síndrome de Asedio y la Espiral de Agresión: La percepción de cerco alimentó una mentalidad de fortaleza asediada dentro del liderazgo alemán. Esto los llevó a depender cada vez más de la fuerza bruta y la intimidación (como en la Crisis Bosnia de 1908 o el "cheque en blanco" de 1914) para "romper el cerco", una política que solo solidificaba más la Entente.
4. La Pérdida del Control Preventivo: Bismarck había actuado como un freno y un estabilizador en las crisis balcánicas. Sus sucesores, en cambio, aceleraron cada crisis, viendo en ellas oportunidades para demostrar fuerza. La crisis de julio de 1914 fue manejada con la torpeza y la temeridad que caracterizaron la era post-Bismarck.
5. Conclusión: El Momento en que Alemania Perdió el Rumbo
La destitución de Bismarck en 1890 fue, efectivamente, el evento más importante de la década y uno de los más cruciales del camino hacia la Primera Guerra Mundial. No fue la causa de la guerra, pero fue la decisión que hizo posible el marco estructural que la llevaría a cabo.
Fue el momento en que Alemania cambió de piloto: De un estratega frío y calculador que manejaba el sistema europeo para mantener la paz (y la hegemonía alemana), a un joven emperador emocional y sus cortesanos que querían desafiar el sistema para lograr una hegemonía abierta y global.
Al desmantelar el sistema bismarckiano, crearon el vacío que se llenaría con la alianza franco-rusa, iniciaron la rivalidad con Gran Bretaña y condicionaron una mentalidad de paranoia y agresión que convertiría cada crisis posterior en un paso más hacia el abismo. En 1890, Alemania tomó conscientemente el "Nuevo Curso" que la condujo, paso a paso, a la catástrofe de 1914.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario