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lunes, 18 de abril de 2022

Resumen de la EXPANSIÓN COLONIAL en el siglo XIX

La expansión imperialista

Entre 1870 y 1914, aproximadamente una cuarta parte del planeta quedó distribuida en forma de colonias debido al proceso de conquista y reparto colonial que tuvo lugar en esa época. 

Este proceso fue notable por su amplitud, velocidad y su asociación con la nueva fase del capitalismo.




Durante la década de 1880, los principales estadistas de la época abogaron por la apertura de nuevos mercados y campos de inversión. 

En el contexto de la depresión de 1873, muchos líderes liberales se volcaron al imperialismo como una manera de sostener su política expansionista.



Es importante señalar que la expansión colonial no era rechazada por todos los socialistas, ya que algunos líderes de la Segunda Internacional atribuyeron un significado civilizador a la expansión europea.



De este modo, las nuevas industrias absorbieron materias primas y alimentos provenientes de diversas partes del mundo. 

Por ejemplo, Argentina, Uruguay, Canadá, Australia y Nueva Zelanda proveían trigo y carne. Birmania, Indochina y Tailandia eran fuentes de arroz. Nigeria y la Costa de Oro suministraban aceite de palma. 

Brasil y Colombia eran conocidos por su café, mientras que Ceilán producía té. Cuba y Brasil eran importantes proveedores de azúcar. El caucho provenía del Congo, la Amazonia y Malasia. 

México era reconocido por su plata y Chile y México por su cobre, mientras que Sudáfrica era una importante fuente de oro.



En Asia, los países occidentales se encontraron con grandes imperios tradicionales arraigados en culturas y con fuerzas decididas a resistir la dominación europea. 

El avance de las grandes metrópolis tuvo diferentes consecuencias en esta región. Algunos imperios y reinos fueron derrotados militarmente y convertidos en colonias, como sucedió en Indochina, el subcontinente indio e Indonesia. 

Por otro lado, los imperios persa y chino experimentaron formas diferentes de dominación, y Japón tuvo su propia experiencia en este contexto.




Aunque la presencia europea en Asia data del siglo XVI, fue en el siglo XIX cuando las compañías de las Indias Orientales inglesas alcanzaron su máximo apogeo. 

En la década de 1870, la administración de estas compañías fue reemplazada por el gobierno directo de la corona inglesa. La victoria de Gran Bretaña fue posible gracias a la decadencia del Imperio Mongol y a las rivalidades entre los príncipes indios. 

A partir de su base en la India, Gran Bretaña logró abrir las puertas de China, reducir el poder de los manchúes y convertir gran parte de Asia en una dependencia europea. 

Al mismo tiempo, estableció su supremacía en la costa árabe y controló el Canal de Suez. A fines del siglo XIX, como respuesta a la expansión de Rusia, Gran Bretaña rodeó a la India con una serie de estados tapones, como los protectorados de Cachemira, Baluchistán y Birmania. 

En el sudeste asiático, Londres estableció su presencia en Ceilán, la península Malaya, la isla de Singapur y el norte de Borneo.



El imperio zarista controlaba Turkestán, lo que hizo que Persia y Afganistán quedaran encajonados entre el Imperio Ruso y el británico. En 1870, Londres intentó controlar Afganistán, pero la resistencia afgana apoyada por Rusia hizo que esto fuera imposible.



En el caso de Indochina, la dominación francesa fue más predominante que la de los británicos. Francia ingresó a Saigón en 1859 y en la siguiente década redujo Camboya a un protectorado, además de obtener Cochinchina como colonia y establecer el protectorado de Laos.



Por su parte, los Países Bajos ejercían control sobre Indonesia, que proporcionaba numerosas materias primas como café, clavo de olor y caucho. Los holandeses sometieron a la población a la condición de fuerza laboral y no reconocieron sus derechos.



España conservó Filipinas hasta 1898.



Las diferencias entre la India y China radicaban en que en la India, el comercio desempeñaba un papel económico destacado, por lo cual muchos gobernantes no objetaron y colaboraron en el fortalecimiento del comercio extranjero. 

En cambio, China era autosuficiente y rechazaba el intercambio con países extranjeros. Otra diferencia importante era que China contaba con una unidad política más consistente, aunque decadente en comparación con la India.

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