Nos situamos en un punto de la historia, muy importante que es el pasaje de lo que convencionalmente se ha conocido entre la Edad Moderna a la Edad Contemporánea.
Estamos ubicados a finales del Siglo XVIII y vemos el desarrollo de lo que se ha denominado “el proceso de doble revolución”.
Proceso que ha abarcado bruscos e importantes cambios tanto en el terreno político, como en el económico y social.
Vamos a abordar específicamente desde dos procesos centrales: la Revolución Francesa iniciada en 1789 y la Revolución Industrial inglesa (1750-1830).
El producto de ambos procesos que vamos a ver es importante transformación que tiene que ver, por un lado. Con el surgimiento del Estado Liberal, de una forma estatal concreta que se basa en la división de poderes y va a desarrollarse en distintos territorios europeos.
Empezando por Francia, pero luego extendiéndose por vía de distintas revoluciones a partir de 1820, que son procesos que se inspiran y se enmarcan en la Revolución Francesa en distintas partes de Europa.
De un lado, vemos el surgimiento del Estado liberal, desde un anclaje institucional de los Estados que se venía dando desde la Edad Media, con la Edad contemporánea van a asumir un nuevo formato que es este estado liberal.
La otra gran transformación es la fase del capitalismo industrial. Vamos a abandonar el período del capitalismo mercantil, del cual se desarrollan las primeras instituciones capitalistas.
Centradas en los intercambios comerciales, y por vía de la Revolución Industrial entramos en una nueva fase del capitalismo que va a desenvolverse a mediados del XVIII y mediados del XX, denominado "capitalismo industrial".
En este marco vamos a encontrarnos con dos movimientos histórico-artísticos, de un lado el neoclasicismo, del otro el romanticismo.
Ambos se desarrollan en un periodo de tiempo breve, y es una característica que va a definir las transformaciones en el mundo del arte y también en otros ámbitos, que es la de cambio que se dan rápidamente.
Es por esto que las definiciones de estos movimientos artísticos van a caracterizarse por una brevedad y coexistencia cada vez mayor.
Transformaciones en los ámbitos políticos, social y económico que se da con una vertiginosidad creciente, con una rapidez creciente y da lugar a un cambio cultural fundamental que es la aparición de la idea de Modernidad, entendida como una serie de valores, una cosmovisión que se va a convertir en hegemónica, con origen en Europa y se va a difundir por vía expansión colonial e imperialista por distintas partes del mundo.
Este proceso se denomina Modernidad. Hay que tener cuidado en separar los conceptos de modernidad en tanto concepción cultural hegemónica y Edad Moderna que es una categoría historiográfica que por otro lado, responde al periodo previo.
Definir las diferencias entre Modernidad y Modernidad estética. Esclarecer los orígenes de este concepto de modernidad, comprendiendo de qué manera la modernidad está relacionada con este proceso de doble revolución.
En primer lugar, la Revolución Industrial va a tener origen en Inglaterra y va a marcar a finales del XVIII una transformación importante en el modo de producción.
Que por vía del desarrollo del maquinismo un cambio que va a implicar el abandono de la producción artesanal y su sustitución por una producción masiva.
Esto va a dar lugar a que las formas del trabajo domiciliario/artesanal (proto-industrialización) se transformen radicalmente y den lugar a las formas del trabajo fabril.
Donde la producción se desarrolla en lugares concentrados que albergan las maquinas que son los factores fundamentales.
Distinción de los productores (quienes hacen el trabajo) y los capitalistas (los dueño de los medios de producción, de las maquinas, instalaciones por las cuales se producen los bienes).
División social fundamental (burguesía y proletariado). La otra revolución es la Francesa e implica que en 1789 esa monarquía absolutista que tenía un poder concentrado en la figura Real va a ser derrocada por un movimiento encabezado por la burguesía y las clases populares.
Que implica, el derrocamiento de la monarquía y el establecimiento de sucesivas formas de gobierno no monárquicas basadas en la noción de soberanía popular y de representación.
Esto va a implicar un cambio fundamental, primero porque va a desterrar una institución que era central en el mundo del XVIII y que va a ejercer una enorme influencia en otros territorios por fuera de Francia y ligada a la Revolución Francesa.
Vamos a encontrar también procesos revolucionarios en otras partes de Europa, a lo largo de las primeras décadas del XIX y que van a compartir su espíritu con los ciclos revolucionarios del 20’, del 30’ y del 48’.
Este proceso de la Rev. Francesa va a implicar el desarrollo de nuevas instituciones estatales que lo que van a consagrar los derechos individuales.
Controversias historiográficas sobre el fin de la revolución, hay quienes incluyen el Imperio Napoleónico dentro del gran proceso de la Revolución Francesa y hay quienes dicen que a partir del gobierno de Napoleón Bonaparte el proceso habría culminado.
Independientemente de estas discusiones historiográficas, el proceso de revolución va a sentar las bases de este estado liberal, de este sistema institucional y legal basado en el liberalismo que va a implicar, de un lado.
En el establecimiento de una serie de instituciones basadas en la división de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial funcionan en forma independiente y no está concentradas en ninguna figura central, como el Rey).
Por otro lado, se van a basar en la idea de la participación ciudadana en tanto los ciudadanos, van a tener derechos y van a ser los depositarios de la soberanía, también se basan en la libertad económica, de comercio, etc.
Todos esos valores, pilares del liberalismo se van a consagrar en un nuevo sistema legal e institucional a partir de la Revolución Francesa.
En 1815 se produjo un periodo de restauración monárquica que implicó no solo en Francia sino en los territorios europeos, conquistados por Napoleón.
La restauración de las formas absolutistas previas a 1789, pero a partir de distintas oleadas revolucionarias en el 20’, 30’ y 48’, distintos países europeos van a terminar asumiendo formas del Estado liberal o revolucionario tomando como modelo a esta Revolución Francesa que da inicio de este proceso de intenso cambio político, del cual en 1848 al final el periodo.
Vemos un mapa político caracterizado por la preeminencia de formas del estado liberal que asumieron distintos formatos desde republicanos hasta monarquías parlamentarias pero en los cuales estos pilares del liberalismo político y económico van a estar en total funcionamiento.
En definitiva, ambos procesos van a implicar el triunfo del capitalismo que se va a consolidar de un modo de producción en pleno funcionamiento en Europa en franca expansión por el mundo, y también el triunfo de una clase social que veíamos en ascenso como es la burguesía.
Sector social que lentamente fue realizando conquistas económicas y que en el periodo de la revolución francesa y las vinculadas a ella, va a alcanzar sus derechos políticos y sociales luego de un largo proceso de ascenso económico.
Por vía de la doble revolución encontramos una clase social que va a ser la triunfante. Este proceso de doble revolución va a ser la piedra basal para el desarrollo de la noción cultural, de este conjunto de valores hegemónicos que es la modernidad y anexada al Arte Moderno.
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