2 de enero del año 40
En un hecho único dentro de la tradición cristiana, se dice que la Virgen María se apareció en carne mortal al apóstol Santiago el Mayor en lo que hoy conocemos como Zaragoza, España, cuando él aún predicaba en la península ibérica.
En ese momento, Santiago estaba desanimado. Evangelizar en Hispania no era fácil, y no veía frutos en su misión. Fue entonces que, el 2 de enero del año 40, mientras rezaba a orillas del río Ebro, la Virgen María se le apareció sobre una columna de jaspe, rodeada de ángeles, para alentarlo a seguir adelante.
Lo sorprendente es que, según la tradición, María aún vivía en Jerusalén, por lo que esta aparición no fue como las posteriores —cuando ya estaba en el cielo—, sino una bilocación, es decir, una manifestación física mientras todavía estaba viva. Este hecho no tiene paralelo en la historia de las apariciones marianas.
En recuerdo de ese suceso, Santiago y sus discípulos construyeron una pequeña capilla alrededor de la columna o "pilar", que con el tiempo dio origen a la actual Basílica del Pilar, uno de los templos más importantes del catolicismo y centro de devoción mariana en todo el mundo.
¿Qué simboliza esta aparición?
La Virgen del Pilar representa el consuelo, el apoyo espiritual y la fortaleza en la fe, y es patrona de Zaragoza, de toda la Hispanidad y de la Guardia Civil española. Su fiesta oficial es el 12 de octubre, pero el hecho que conmemora su aparición se recuerda cada 2 de enero.
Aunque no se trata de un dato histórico comprobado por fuentes externas, es una tradición profundamente arraigada en la fe popular y en la cultura hispana, sostenida por siglos de devoción.
La Virgen del Pilar no solo vino a consolar a Santiago: vino a dejar un pilar firme de fe que sigue en pie casi 2.000 años después.
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